Agradezco soledad (Inspirado en la imagen 38 de octubre-2020)

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Agradezco un rato-soledad.
Con mi mejor zapato;
con su tac-tac henchido
y un pulmón nocturno.

De soledad un rato, sobre los adoquines
invirtiendo mis pasos.
Respirando faroles
bajo la protección de la intemperie.

Un rato cuando la sangre baja,
bollo de pan francés entre los dedos
y un café.

Con mis piernas cómplices
(que piensen lo que quieran lxs pragmáticxs…
y las señoritas modositas envueltas en esparto y ataúdes)
Soy
soledad

con seis gajos de naranja
veintiún grados de trópico
bolso de maga: palomas y pañuelos y conejos y la luna y un helado de frambuesa y unas cartas…
Labial en tono vida
Agradezco soledad

¡Qué alguien me haya dejado al mundo
un poema en arrugada hoja escrito a mano,
con piedra pisado, tirado, no-olvidado, besado,
sobre el banco solitario de una plaza!

Un rato
… soledad.

César y sierpes camomila.​

 

Muchas gracias por venir a verme. Ella. Es ella. A ti te lo puedo decir.

Sabes que te aprecio mucho. Un beso para tu alma.

 

Precioso poema. Gracias por compartir.
Saludos.

 

Muchas gracias a usted por venir a ver mi mundo y dejarme premios, tocayo. Es un honor.

 

Una maravillosa descripción de esa señora que de tanto en tanto se convierte en compañera y otras en la pena insondable del alma. Magistrales versos, César, muchas gracias por su aporte a este foro, saludos Daniel

 

Poeta y paisano Cesar, hermoso poema con una profundidad amplia y a trazos desgarradora como la soledad misma, de la que lamentablemente conozco mucho.
Me ha gustado la inspiración manifiesta en cada verso de su hermosa poesía. Reciba mi admiración y mis respetos.
MANUEL

 

Saludos amables, Maestro y compañero de letras. Sí, usted tiene razón, un juego intenso de vida en carrusel, con círculos, con subidas y bajadas, en un planeta caleidoscópico, que nunca se encuentra en la misma posición, en este universo.

Muchas gracias por venir a visitar mis versos y dejarme su halagüeño comentario.

 

Compañero Daniel, quien le da las gracias soy yo, tanto por interesarse en mi poema como por haber publicado una imagen tan sugerente. Le cuento que me hizo evocar mis tardíos veintes y tempranos treintas, cuando salí de un lamentable divorcio a conocer las vidas, las noches, las búsquedas, los vacíos e infinitos de las almas conmigo.

Es una imagen absolutamente poética.

 

Manuel, saludos. La soledad es una vaina tan arrecha que ni siquiera estando acompañado uno se la logra sacudir. Y sin embargo, a veces se nos vuelve compañera. Pero siempre es una compañera peligrosa: según mi experiencia nunca nos da nada sin quitarnos alma a cambio, sin mordernos duro la entraña. Yo llegué a pensarla lo peor de esta vida, o tal vez una emisaria de la muerte incrustada en el corazón de cada hombre o mujer con atisbo de poesía. Pero entonces leí a García Márquez decir que "el secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad".

Esa chica que camina la noche en tacones, quién sabe lo que hace. Tal vez es muy temprano para haber amanecido pero ya ella va al trabajo; quizás se dirige a una fiesta, o regresa de ella; puede ser que que se le haya accidentado su vehículo mientras lo manejaba y lo tuvo que dajar y andar a pie; o va a encontrarse con alguien muy importante para ella, o simplemente da un paseo en medio de la noche citadina. Y mil posibilidades más... hasta puede ser que ande buscando un poema, dejado para alguien como ella, por un loco, sobre el banco de una plaza.

Le saludo, paisano. Muchas gracias por honrarme con su visita y su interesante comentario.

 

Muchas gracias por volver a venir, compañero. Todo lo bueno para usted.

 

La soledad es una señora genérica, pero cada quien la alberga con su historia, ella se adapta al principio, pero después, no hay contrato que la saque. De hecho hay simiente aún antes de nacer, será por eso que no hay manera de evadir su estancia, porque después de todo, al final del día, sólo es uno mismo y .....ella.
Me gusta la proporción y correspondencia con la imagen. Quién sabe cuánto camino tiene andado esas bellas zapatillas o qué les aguarda más adelante. Lo importante aquí es que en el tránsito hay un breve espacio previo o póstumo, al abrazo o a la lluvia de quien las calza.
Esos brotes de hierba como vienen bien a sosegar, al menos un momento y a digerir el tramo.
Un abrazo César!
Camelia

 

La soledad es como el licor, Camelia Camy, una poca, es buena. Demasiada, desbarata por dentro y hasta por fuera.

No sé si has salido alguna vez sola, solo a recorrer las calles, a observar un rato el mundo, a respirar silencio. Yo lo he hecho, aunque nunca con ese tipo de calzado, lo confieso, sino con burdos zapatos bajos de hombre, zapatos sin moda, con modo viejos compañeros. En esas noches (a veces días) de caminatas y silencios, están agazapados todos los secretos del universo; un poco burlones, observando nuestros afanes cotidianos. A veces son secretos terribles, pero el caso es que son.

Y yo, de todas maneras, lo que quiero es poder andar alguna vez por encima de un arcoiris. Tiene que ser una experiencia mágica, ¿no te parece? Cruzarlo como si fuera un puente.

Muchísimas gracias por venir, Poeta. De verdad...