Al despertar. Soneto.

El tibio despertar a tus colores
desata sobre mí una ventolera,
colores de explosiva primavera
que llegan a mi piel evocadores.

Su esencia da vigor a mis motores
al tiempo de escalar por la escalera,
motores que dan fuerza a la manera
que tengo de afrontar los sinsabores.

Tu espalda me refugia permanente,
perfecta en el afán de refugiarme
si el mundo viene altivo e indiferente.

Te miro amanecer al despertarme
y siento tu tibieza recurrente
llenándome de paz hasta saciarme.