Al final no hay nada.

Al final del día me quedo sin nada.
Las sonrisas se borran de mi cara al tiempo que las lágrimas se secan,
mis pensamientos dejan de ser interesantes,
convirtiéndose en simples conexiones entre neuronas.
A veces me engaño diciendo que estoy exhausto,
otras tantas los segundos transcurren a mis espaldas,
sin que haga algo por aprovecharlos o al menos despedirlos.
Los sueños los tengo despiertos a cada momento del día,
para cuando duermo se han esfumado y me quedo en el limbo,
sin soñar ni descansar, sin poder sentirme relajado.
Ruidos extraños me distraen de mi no hacer nada,
cada momento suena algo distinto a pesar de las altas horas,
sean los perros ladrando o los carros al pasar,
pero todo me lleva a no poder concentrarme en nada concreto.
Una vez más es de noche y no supe que hice tiempo atrás,
el día pasó como todos los demás sin haberlo aprovechado,
la noche no me alcanza para dormir y terminar los pendientes.
Solo quiero saber dónde han quedado mis horas,
para ir a buscarlas.

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