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Al morir en la mierda.

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por Jose Fercho Zam Per, 17 de Marzo de 2016. Respuestas: 0 | Visitas: 714

  1. Jose Fercho Zam Per

    Jose Fercho Zam Per Poeta recién llegado

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    Ninguna muerte es insignificante, mucho menos la mía.

    A diario nos mata la indiferencia con que el estado trata a los pobres diablos del común.

    una tarde, jugando futbol en la cancha municipal, la cual era un lodazal completo, me lanzaron el balón a una esquina, corrí como loco a tratar de alcanzarlo cuando de pronto se abrió la tierra y caí en un pozo de pura mierda.

    Literalmente me fui pa la mierda, era una cañería que pasaba por esa orilla de la cancha, la cual recogía todas las porquerías que los humanos de las ciudades depositamos en los inodoros.

    Dicen que soñar con mierda es de buena suerte, pero a mí me arruinó, porque al caerme allí, se me cagó toda mi vida.

    Todos trataron de sacarme, los del equipo con quienes jugaba, la policía, los bomberos, hasta los topos de la empresa de acueducto, pero ninguno pudo lograrlo pues la corriente me llevo caño abajo.

    Abandonado a la mala suerte, sin nadie que me ayudara, me moría de asco nadando en un túnel putrefacto y nauseabundo.

    Casi a nadie le importan los pobres pingos como yo, mucho menos al gobierno. A las constructoras no les importa nada construir sobre la ruina de aquellos que cometen el error de venderles sus viejas e inservibles casas, ellos solo hacen buenos negocios pero a costillas de los más pendejos.

    Esa es la injusticia de las riquezas, empobrecer a muchos para enriquecer a pocos.

    ¿A dónde habrá ido? Preguntaban todos.

    Los más atinados decían, se fue pa la puta mierda.

    A lo lejos escuché el murmullo de una caída de agua, el bullicio de la ciudad se había desaparecido, me encontraba en el fondo de un oscuro y maloliente túnel.

    Más tarde escuché voces provenientes de algún lado sin saber dónde, eran personajes del bajo mundo, y allí habían encontrado el único sitio para sobrevivir.

    Son una especie de gentes distintas a las normales, mendigan y recolectan basura, se visten con harapos, cantan canciones de lo más extrañas en la vida, son marginados por la sociedad y por su propia desgracia.

    Viven más trabados que un bulto de anzuelos, tan sollados que ni se dieron cuenta que yo llegue donde ellos.

    Los ruidos que se escuchan allí son similares a los que producen una cochera de cerdos junto a una manada de perros y gatos, es tan terrorífico que pensé que estaba en el infierno.

    A gatas me escurrí de allí, más adelante pude ver algo de luz que provenía de una tapa de ventilación, la cual disipaba las tinieblas más oscuras que había podido ver. Así pasaron artos minutos hasta que pude ver unas escaleras de varillas que me llevaron a la superficie.

    Ya afuera, estaba oscuro y tan tenebroso como adentro, había llegado a los confines de la ciudad, donde viven personas que nos son personas, seres humanos que son solo seres.

    Allí volví a morir, pero de miedo. Era una maraña completa de acelerados y ansiosos por consumir drogas: sin plata y con ganas de trabarse. Como yo estaba igualito a ellos, todo vuelto mierda, no hallaron diferencia alguna en mí, me pude camuflar sin ningún lio, fue breve la vuelta.

    Este suceso me sirvió para cambiar de vida, allí morí yo. Aproveché para tomar la identidad de uno de esos maltrechos habitantes de la oscuridad, e hice cambio por la mía, quiero decir, me cambie de ropa, mis chiros por los del otro. Dicho personaje estaba más muerto que vivo, y al cabo de un par de meses de desaparecido hallaron el cuerpo de aquel hombre, ya irreconocible, y para ahorrasen mas trabajos dijeron que era yo, por alguna prenda hallada.

    Y así mate varias culebras de un solo tiro, incluida una talla X que tenía en casa. Durante esos días investigue algo sobre el difunto, y me hice pasar por el, con la buena fortuna que sus padres aun vivían y poseían algo de bienes, incluida una finca por allá lejos en el campo. Hasta allí llegue, ya algo arreglado para parecerme bastante al otro, y con suficiente información de todos sus habitantes. Así fue como cambie de vida, morí en la mierda, y luego me fui a vivir a la puta mierda (pm), para que nadie me reconociera.

    JoseFercho ZamPer.
     
    #1

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