Al muchacho del mar

En el vagar sosegado
Del vuelo de una gaviota
Encontré yo mi paz
Encontré yo mi muerte

Porque santa es la pena
Porque dulce es el dolor
En el soplo del alba
Busco sin cesar tu voz

Mi alma triste aún
Deambula en lo profundo
De un mar lleno de llanto
De un mar lleno de ti

¡Dime por qué te marchaste!
Dime por qué me dejaste
En aquel lejano y mudo ocaso
Para no volver jamás

Ya no veré más esas estrellas
Iluminando el cielo del mañana
Tu espíritu cálido me protegía
En el frío de esta mi soledad

Sol de mi medianoche
Ladrón de mi inspiración
Tu aroma y tu risa, aun
Hacen latir mi corazón

 

un bello poema, es cuando se nos escapa un suspiro cuando nos va, bienvenida

 

Gracias por tus palabras.