Alabando

Alabando vengo la eminente indecencia,
trapos fabricados en Taipei, Taiwán,
con la estructura vaporosa de la seda,
adquiridos en mercados populares,
sobre tu piel, antigua, ay, amante.

No importa, amiga, ya la vida
como un sexo a mí ofrecido
viene a beber conmigo y brindamos
hasta que nuestras cabezas
reposan sobre la barra.

Festividades!, festividades!
En las calles de la capital
las muchachas van apresuradas
invitando a la pituitaria de los
transeúntes deambulantes o
deambulatorios según la RAE,
y sus ojos, como raederas de
mineros, recogiendo memorias
de un determinado bamboleo
de caderas, un culo poderoso
que tiene afán de intérprete
musical y borda la partitura
en su ritmo, cadencia y melodía,
pechos ondeantes más hermosos,
dónde va a parar, que banderas
por muy Plaza Colon metros
hasta el hartazgo, y se vea,
se vea pero bien; pupilas
rematadas como recién
estrenadas rutilantes lunas
delanteras de Bemeuves Km. 0
Vírgenes imbuidas en la acción,
electrizando los cuadraditos
en tonos apagados de sus faldas
y concluyen en la pantorrilla
o llevan a sus rodillas en
trayecto regalado. Sabrosos
gemelos rasurados, ungüentos
injuriando capilares redivivos.
O la cansada belleza madura
de las oficinistas que tienen
el periodo y se dan receptivas.

Oh fragancias, moños empalados,
pendientes pendulares, lencería
barata donde qué me importa
el continente habida cuenta
el contenido. Tibios tobillos,
mira, a aquélla, una de sus
medias cayó hasta el zapato
rojo. Niñas que sonríen maliciosas,
mujeres que te miran de soslayo
dos o tres o cuatro ocasiones,
no me bajo en la próxima.
Frentes bruñidas te señalan,
augurio inequívoco del amor
aún sin inaugurar. Por más
que los políticos reparen
sus automóviles germanos
en talleres internacionales y
se dediquen a sonreír con
gesto teatral, a la par que
cortan una cinta con manos
temblorosas, mira que son
torpes con las tijeras. Por más
que los telediarios vendan
miedo de ocasión antes de
meternos por los ojos el
motivo verdadero de su brega,
del mismo modo que el clímax
de comedias y tragedias suele
venir al término, así él, el
telediario, remata la faena
con los deportes, importancia
capital, claro, oye, eh; por más,
como digo, y a pesar de los pesares,
hay dones, bienes y días;
vengan.

 

Me vine hasta aquí paseando por sus letras desde la primera página, la última de su obra, anduve por su poesía y por la que nos trajo de grandes autores dignificando este foro, le pensé, escudriñé y casi diseccioné por pura curiosidad, le vi entre sus contradicciones, bohemio como los poetas, rebelde con el orden por no hallar orden en ningún lado, en fin, que disfruté del paseo y aquí me detuve por la quietud del lugar vacío, me sorprendió esta calma porque el poema bien merece su lectura y comentario, pero quién pretende entenderlo todo, un saludo.

 

Esto es lo más hermoso que me han escrito nunca.

He escrito una canción y un colega la ha musicado:

http://www.youtube.com/watch?v=HWxfx4mqwBI&feature=player_embedded

Mucha salud caballero.