Alejandra

El silencio enmudece tu rostro,

La razón de acordarme quién eres,

Es la carta sin un remitente,

De unos labios cerrados con hiel.


Es el tedio de tanto reposo,

Que te abraza encumbrado en tu piel,

Paraíso en lugares remotos,

Que presume saberse ser fiel.


Nada cabe cuando de ti yo me escondo,

En la esquina del armario distante,

Inventando mis juegos de sombras,

Instantáneas de claro entendido.


El temor al olvido es hermoso,

Solo quiero acordarme de él,

No te creo cuando abres los ojos,

El saberte abrazada al orgullo.


Y son éstos mis pasos siniestros,

Calladitos en cuarto contiguo,

Buscando ya no despertarte,

De ese sueño que tanto atestiguo.


Yo no busco, calmar al instante,

Ni siquiera retribuir lo pasado,

Son cansados los pasos descalzos,

Buscando esconder tanto ruido.


Y me acuesto en la noche temblando,

Intentando agarrar ese olvido,

Que me quema con tantos detalles,

Implorando el quererte predigo.


Paso a paso me voy dando cuenta,

El esfuerzo es inútil sin ti,

A tu lado yo debo enterarme,

Que es en ti donde debo vivir.



Ya no viene ni al caso buscarte,

Ya te tengo impregnada en la piel,

Y bautizo de nuevo ese instante,

Que me trajo cerquita de ti.


El camino ya estaba trazado,

Entre capas de dolor y castigo,

El camino ya va derechito,

Un placer caminarlo sin frío.


Voy buscando en mi almohada tu nombre,

Ese nombre que me encuentra cautivo,

El poder encontrar a Alejandra,

Escondida en el armario contiguo.


Y yo llevo esos brazos al aire,

Con los puños guardando un respiro,

Esos puños que guardan el barro,

Esperando moldear sin castigo.


Y me pierdo en el barro moldeado,

De esperanza, calor y sentido,

Tu llegada fue una gran sorpresa,

Y agradezco agarrar al descuido.


Poco a poco se forman detalles,

Poco a poco dependo de ti,

Abrazados es menos el ruido,

El llorar se volvió compasivo.


Agradezco a la musa del tiempo,

El haberme hecho su amigo,

Ya no quiero vivir el momento,

Lo que quiero es estar siempre contigo.


Bolívar Ruiz Elizondo


Junio 28, 2016

 

Los caminos a veces se bifurcan, pero si el destino lo quiere, se volverán a juntar. Bellísimo poema !! Felicitaciones, amigo poeta !! Un abrazo

 

Muchas gracias Miguel!
Saludos

 

Conmovedores versos con una sutil esperanza en el cierre.
Un gusto estar presente, dejo mis saludos cordiales.

 

Muchas gracias por tus comentarios Tarde Gris. Un saludo!