Algo como la música en los ojos

Contemplar el espectro que genera la música
vuelve todo lo que sabías en cenizas y estrellas. La música toca los ojos
y los sueños, y le da sabor al cara a cara que abraza los dos espacios del silencio que suele atar a dos almas que gritan y gritan,
Con furia te asaltan las emociones, el diablo se mete en el cuerpo y succiona heridas pasadas,
las pone en la frente y al bailar el castigo suele ser olvidar el tiempo.
Como si un mar naciese del pecho, la playa suele ser la lengua que amena recibe otra lengua,
Con inocencia una amiga nos cubre del cielo, pero el astro interior sigue inquieto
y mientras la música sigue en ritmo las posibilidades de abrir cuerpos paralelos permanecen intactas. El vaso de lágrimas es alegría y es puro,
el vaso de encuentros con uno mismo es la gracia predilecta de la armonía.
Algunos silban, otros hablan, pero quienes cantan transforman lo que recuerdan en cada sonido en un nuevo y hermoso latido.

 

Divinidad excelente de maravillosas letras hermosas.