Algo de las pestañas que cubren los ojos

Las ficciones del mundo interpolan gestos,
creer la mitad del cuento es atemporal,
por eso creen, por eso niegan su falta de autenticidad.
El manifiesto no será del todo claro
si no existe un deleite real por la verdad.

Uno suma lo que es suyo, y lo que desea,
suma años aunque el tiempo no es nuestro.
Lo que parece monstruoso es la irregularidad en las reacciones humanas,
hoy es pan, mañana hambre, ayer no existía.

Un poema es una cárcel.
Bueno, cualquier ser puede abrir la neurosis de un pubis,
lo extraordinario es vivir sin ello.
Esta bien, empujar no siempre nos colocará en el primer lugar,
de eso saben los silencios que imitan, que imitan hablar.

Solo los pájaros tristes son melodiosos,
esa verdad es una guerra ganada con la melancolía.
Un ser inanimado habita adentro mío cuando hace frío,
un ser que necesita plumas, que requiere llamar la atención de otro ser.

Mi hogar es el mundo que creo al escribir,
puedo ser caballeroso, sucio,
puedo ponerme a la altura de una dama e insultar con la lengua entre sus piernas
y puedo entender todas las aritméticas del dolor
con una sola palabra, con un solo perdón.

Hay momentos en que uno se siente afortunado
y le sonríe a la mujer más bella del universo,
hay momentos que obnubilan todo otro instante de cínica razón
y uno es presa, testigo y cazador de su único y real sentimiento.

 

Hermosura excelente, divinas letras preciosas.