Alma de niña, cuerpo de mujer, y dolor de corazón.

Cuan pura y santa,
¿qué no lo pueden ver?
que a ella le cantan,
el cielo y el sol,

son solo susurros,
dichoso el que lo oye,
aquellos cánticos,
de amor,

pero mas feliz,
debería de ser,
el que la puede ver,

a aquella niña,
tan tierna y dulce,
a aquella estrella,
de soledad,

la he visto llorar,
cuan triste imagen,
la he visto hablar,
y me sonrío...

 

Tristes, bellos versos a la soledad que se presenta, pasa inadvertida por su inocencia, después atrapa con el hechizo de mujer y rompe el corazón.

Te felicito.

 

Bellos y tiernos versos...
un saludo y miles de estrellitas para tu poema