Alma mía.

No te despidas gritando a ecos tu partida

no devuelvas el saludo eterno con una fingida sonrisa,

no dejes a tu abismo la mugre del egoísmo,

ni el hedor de tus palabras vanas,

porque sin fondo es tu hondo piso

y poco alto el techo de tu destino,

Para que le has puesto cuerdas a tus pasos

y fragmentos de escarcha a tus pisadas

no esperes levantar miradas

ni en tu nombre el sonar de campanas .

Has vestido a tu gracia tu calzado te realza

y hoy te perfumas de nardo

pero más bien hueles a pronto olvido

y cada vez decreces en el camino.

Donde iras ahora

donde hallaras compañía

donde si no hay otra vida,

el tiempo vuela

y volaras tu dejando huella,

y nos dejas una herida

a mi sin alma a ti sin vida.​