Alma sin otoño

Nunca fui a recoger las uvas de la niebla,
no asistí al concierto de las hojas caídas,
ni a su silencio telúrico macerándose
indigente detrás del olvido.
Tampoco tomé los copos de la nieve
para hacer muñecos hospitalarios
que se deshacían en las miradas.
No, nunca supe del otoño del Mediterráneo;
una vez fui y el invierno aún
deshilachaba las madrugadas
sobre el raído sobretodo
que quizás alquilé,
(no lo recuerdo bien).
Pero la nieve estaba lejanísima
subida a las montañas
y yo solo tenía una terracilla
donde un violonchelo resonaba
queriendo romper la monotonía.
Ahora lo recuerdo bien, había
un misterio segado porque yo no tuve
nunca el otoño…
Pero el otoño vendrá con caracolas,
sonoras sí, como inventando mares lejanísimos,
ya lo sé,
pero nadie querrá mirar tus ojos
porque te has muerto para siempre,
y desde entonces.

Improvisación sobre el poema Alma Ausente.
De Federico García Lorca.
17 setiembre 2013