Alma...

Si de lo sublime de su odio,
tapan los encajes la tristeza del poeta,
hágase poesía las cadenas que atan un
un día sin su voz.

No tengo ganas de morir,
de seguro pasará y no suena la
campana que padece impaciente.
La vida trae recuerdos adornados de
engaños, y más allá de las olas de mi
piel, el grito que sacudió su nombre
muerde el alma.

Por lo pronto,
hoy no protestaré ,
guardaré mi cordura para el próximo
otoño.

 

Gran poema, es un gusto leerte poetisa. Saludos.

 

Pero que sensible intensidad poética en tus bellos versos amiga Eleanis, me dejas saciado de poesía, siempre disfruto leyéndote. Abrazote repleto de abrazotes vuela. Paco.