Amada mía, mientras voy llegando…

Amada mía, mientras voy llegando…








Terrón de azúcar, amada mía
todo mi mundo tiembla solo con pensarte.
Al ver y sentir tu lozanía
resistiendo las ganas de besarte.


Por ti se detienen las estrellas
canta emocionado el ancho mar.
Llenas todo el orbe de centellas
solo porque sé que te voy a amar.


Las olas se tornan afanosas
el bajel no acaba la costa tocar,
se me ocurren estrategias asombrosas
de cómo es que nos vamos a abordar.


Se junta el cielo con la tierra
el corazón acelera su latir.
Todo el fuego lento que se encierra
parece que me fuese a partir.


Amada si tu no me quisieras
al orco de los infiernos iría a dar,
bastaría un alfiler para que me hirieras
si tu cariño me fueses a quitar.


La noche me tragaría cruel y venenosa
el camino se llenaría de culebras,
los arboles harían muecas asombrosas
como si estuviesen inundados de ginebras.


El viento del norte se helaría
me clavaria a una nube tormentosa,
do cada rayo de ella me heriría
por haber hecho sufrir la más hermosa.


Amor si no me quieres
dímelo con una daga de por medio,
para poder librar estos quereres
y hallar pronto el cruel remedio.







Autor: Silvino Gerardo Becerra Gamboa.
Martes, 11 de agosto de 2015.

Composición Registrada.
©Copyright.


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Fuerza, estilo y magia. Bellísimo poema

 

La calidad de la obra excepcional y la inspiración magnífica.

 

Encontrar una respuesta es una honra para el aprendiz Palomeque, un lucero que incita a continuar la brega tras la luz en la noche obscura. Me encantó, saludos cordiales desde Venezuela.

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Gracias Sr. Jorge Lemoine y Bosshardt por su presencia en mis humildes letras, sus palabras son todo un lujo. El único aliciente del aprendiz de bardo. Abrazos desde Venezuela.

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