Amapola solitaria

Cuando la primavera empezando está
y el sol calienta nuestra frente,
incontables florecillas
de colores diferentes,
florecen en nuestros campos,
como si fueran
luceros resplandecientes.

Las hay de muchos colores,
blancas, verdes y amarillas,
las veremos en los campos,
caminos, veredas y
hasta en las alcantarillas,
las hay muy sofisticadas
pero sobre todo son sencillas,
en común todas ellas tienen
una vida corta y breve,
mueren con la noche obscura,
para renacer en la mañana
cuando el astro rey asoma,
dejando los campos y sendas floridos
como si fuera un lienzo recién pintado,
por los pinceles de una diosa del Olimpo.

De entre las campestres flores
y que en la primavera florecen,
una de ellas, la más humilde de todas,
es a su vez la más bella;
amapola es su nombre
y rojo tiene el corazón,
y los días se los pasa
meciéndose con el viento,
como las bailarinas
en un inmenso salón.

El color rojo brillante,
que es el color natural
de nuestra amapola española,
muy semejante es a esa sangre
que derraman los toreros y toros
cuando en la lidia se enfrentan,
siguiendo la tradición de esa,
“la gran fiesta nacional nuestra”.

Las verdes olas de espigas
moteadas de rubíes que
sinuosas mueve el viento,
son como las olas del mar
cuando rompen el silencio
al tocar su blanca espuma,
las escolleras de algún puerto
que aparece tras la bruma.

Amapola, flor humilde y proletaria,
despreciada por su procedencia
y origen, expulsada de jardines
y macetas de ventanas,
exiliada y escondida
en nuestros campos se encuentra
entre la berza y la grama,
donde la lluvia y el sol
a las mismas acompaña,
hasta que llegando el verano
se termine su compaña.

Por eso querida flor mía,
yo te rindo pleitesía,
y ante tu hidalgo linaje
te ofrezco este vasallaje
por tu hermosura y real pelaje,
para que el día que me marche
hacia mi último viaje,
seas tú quien señalices
con tus colores de fuego,
mi tumba para que luego
todos los demás la localicen.

Joanmoypra/febrero/2012
sancholanza.blogspot.com

 

Bellísimo homenaje a la flor, que más libre es...
un abrazo
Rosario

 

Gracias Rosario por tu comentario
y es en verdad esta flor humilde
la que nadie le hace ningún caso,
y sin embargo es ejemplo de libertad
y la vemos orgullosa meciéndose
con el viento en nuestros campos.

Un abrazo y cuidado con el frio
que nosotros como no nos cuidemos
no nos cuidara nadie.

joanmoypra