Amaranta

El arca sin nosotros partirá,
nuestra especie será una llama en el mar,
se ahogarán los nuestros,
aunque seamos yo y nadie más.

puede que no muera en París,
visualizo una cama de tierra
en la que me he de acurrucar así,
morir con dura almohada sobre un lomo desfasado

La tierra que no nos tienen prometida
A esa, queremos llegar algún día.
Llevan los vientos del destino el velero.
Allí estarás vos, en ese paraíso etéreo.

Ese que acaricio las tardes que lloro,
con las manos de niño,
suaves caricias con las que toco,
el cielo pardo que añoro de Santo Domingo.

El arca, a nuestra especie dejará atrás,
en balsa naufragar... y sobrevivir,
cuán lejos se llegará, por las más
de cuarenta vísperas que ha durado ya.

Tengo miedo al pensar que quizás,
con solo un pasajero mi barco naufragará
como si fuese aquel 14 de julio,
sin tanto alboroto, una tragedia se descubrirá.

Y la barca sin nosotros zarpará.
Hoy me quito mi joroba de piedra que he cargado por años
y con esa sensación placentera de quitarse el peso
es más fácil descansar.

Con tanta paz…
sé que mi caña me premiará la espera
sé que en el tercer viaje, la paloma
con tanta paz...
en el mástil pequeñito de mi corazón se posará

 

Eres muy joven, no desesperes.