Amarte, sin daños a terceros...

Hace tiempo que no hablaba de esto… que me hizo llorar por dentro…

Es la historia o la sucesión de eventos que me llevaron lejos de ti…

Te conocí desde que tengo memoria, y eso ya es bastantito…

Siempre te sentí lejos, inalcanzable… como la paz en estos tiempos de guerra…

Y te deje ir… o nos dejamos ir… o no nos encontramos quizá… y por tanto nunca nos fuimos…

Los días pasaron lentos como las olas y rápidos como el tiempo mismo…

Emigraste con rumbo conocido… inicie un viaje en una dirección sin destino…

Nos olvidamos de lo que no tuvimos… o lo dejamos guardado ahí, en donde los zapatos se empolvan… el tiempo amarillo comenzaba su nido sobre nuestras fotografías…

Y entre el suspiro inoportuno de un susurro del corazón… y la ventisca suave de un nuevo comenzar te encontré sin verte… a la distancia… ahí donde no sabía que estabas, donde no había buscado, donde seguramente no recordaba…

Y feliz, como no había sido antes… me sentí pleno, seguro, optimista…

Y nos vimos… te mire… me miraste… nos miramos…

Como nunca nos miramos… como siempre soñé… como nunca a los ojos…

Sin miradas furtivas… suspicacias… ni demora…

Breve… sincera… espontanea…

Una mirada que no ha de repetirse… que augura sinergia… que presiente futuro… que amaga un sinodal de cuerpos ensimismados…

Y sucedió… paso de ser mirada y sueño a centellas y cantos de aves…

De soledad a brisa de la mañana…

De lo que quedo… a lo que es…

Justo en ese momento…

Me alcanza el pasado…

Y se retrasa mi futuro…

Se deshace el presente…

Y me fui… me aleje por un ángel del cielo que necesitaba de mi cuidado…

De quien no pidió venir… que espere… y que se fue… sin llegar…

Y quedo un hueco más grande dentro del que ya existía…

Construyendo un complejo de dolor, donde el dolor tenía ya tenía su morada… hasta antes de saber que vendría… sin saber que no llegaría…

Y me aleje…

Me perdí de aquello que quería comenzar y no pudo…

Y volvió a la soledad del armario lleno de cosas sin concluir… sin comenzar… sin vivir… sin disfrutar…

Y los días continuaron… vinieron azules cielos y se fueron grises atardeceres…

Cálidos amaneceres y frías noches…

El tiempo me volvió una sombra… un débil y opaco reflejo de lo que fui… o intente ser…

Y escondió la felicidad que me brindabas sin querer, sin saber… o sin querer saber…

O sin intentar…

Me sumergí en ese mundo donde todo se ve como el reflejo de una aurora boreal en el mar ártico… luces… colores… remolinos y candilejas…

Hasta que otro ángel, me devolvió algo que había perdido… o que no había encontrado… algo que no sabes si es que viene o ya se va…

Una oportunidad…

Ser…

Ser algo, alguien, alguna cosa de la que sentirse orgullosa…

Y fuiste quedando más a fuerza que por gusto… olvidada… estéril en mis pensamientos… sin peso en mi balanza…

Y un ángel más… y otro…

Mi presente quedo cubierto por gritos y berrinches… juguetes y risas… llantos y llantitas…

Hasta hoy…

Que revise el armario… y encontré vestigios de un amor no atendido… no comprendido... de muchos años y un solo día…

De un encuentro fugaz… imperecedero…

De ese que olvidas pero que no desaparece… que como los buenos metales preciosos… están al fondo de las cuevas… pero que ahí están…

Hasta que salen a la luz… y resplandecen…

Así es como me enamore de nuevo…

Traslapando mis sentidos…

Homogeneizando mis actuales con los pasados…

Trate de cerrar la puerta, pero quedo un resquicio por donde te fugaste…

Las cosas ya no son las mismas… nunca lo fueron… no lo serán…

Pero el amor tendrá que esperar… quizá en esta vida… quizá en otra…

Quizá en sueños… quizá en espera…

Ahora estoy atado… a todo… a nada…

Ahora me refugio en mi intento de poesía…

En noches solitarias frente al teclado… buscando la manera de no buscarte… contestando preguntas con preguntas… encontrando respuestas que no serán respondidas…

Ideando una manera de amarte sin inciertos… amarte sin ti… sin olvido… amarte sin amarte…

Para amarte sin daños a terceros…

 

Felicitaciones me ha emocionado y atrapado tu hermosa historia. La tristeza también es bella.

Saludos Emilio Vicencio y feliz viernes.

 

Espléndida obra maravillosa de calidad magnífica.