Amor banquero...

Cuando entras en un banco, se diría
que a cada cual de allí debas dinero.
Se palpa en el ambiente el desespero
y brilla por su ausencia la armonía.

Es una conjunción de antipatía,
ponzoña, impertinencia y mal agüero,
que envuelve a los presentes por entero
y acaba hasta causando osteopatía.

La cola es un auténtico hervidero
de gente blasfemando en su agonía.
Reniega en sus adentros el cajero

con gesto de alcachofa revenía.
Mas, ¿quién, sin los mordiscos del banquero,
nos iba a reflotar la economía...???

 

Sa´cabo er dinero; volvemos al trueque puro y duro, nada de comisiones fantasmales; bancos=ladrones.

Buen poema, muy buenos versos económicos.

Saludos poeta.

 

Lo que pasa es que los bancos están recortando gastos (a pesar de los brutales beneficios que tienen) a costa de la atención directa al público. Cada vez menos sucursales, menos empleados de caja y los directores se han convertido en vendedores de seguros a comisión, y los tipos están más quemados que el guante de un bombero.
La putada es que cada día somos más prisioneros de los bancos, ... y la puntilla va a ser cuando quiten el dinero físico.
Y es que la banca siempre gana (y manda), amigo. Buenos versos, Ramón. Un abrazo.

 

Estamos bien jodidos, pero en el fondo nos gusta que nos fustiguen.
Gracias por pasarte

 

Cuando quiten el dinero físico ya nos dará igual, pues para entonces seremos, si es que no lo somos ya, robots al servicio del poder.
Yo cada vez lo tengo más claro... Ay, Señor, llévame pronto...

 

Mezcla de humor y aguda sátira con su habilidoso versar, Jorge. Qué destreza la suya a la hora de pintar un cuadro de la realidad. Le mando un saludo afectuoso.

 

Por más que me asegure elevados tipos de interés en el mercado continuo, siempre me resultará mucho más interesante el discreto aleteo de una mariposa ocasional en la ventana que el histriónico aspaviento de un usurero de carcajada batracia en la televisión.

Me ha encantado tu soneto, que lo sepas. Un fuerte abrazo, querido poeta.

 

Perdona mi tardanza para contestar, querida poeta. Gracias por pasarte por mi banco. Un saludo de vuelta con mis respetos

 

Dónde va a parar el Vicente... cualquier criatura de la naturaleza tiene infinitamente más valor que el usurero al que aludes y del que Dios nos libre.
Es un honor que te haya gustado este humilde intento bancario, querido amigo.
Mi abrazo de vuelta junto con mi admiración

 

Me ha encantado la composición, ligera y hermosa. Con mensaje desde luego y todo tan verdad como la vida misma. Enhorabuena. Saludos. Bernardo de Valbuena

 

Gracias, amigo, un honor tus palabras.
Ay, los bancos, siempre ahí dispuestos a servirnos. No están pagados los pobres...