Amor-Bondad, desde el perímetro.

El Amor-Bondad es muy modesto.
No presume por sus gestas heroicas.
Vive un continuo presente.
No cesa su producción cinematográfica, tridimensional, planetaria y estelar del firmamento.


Lo estudio desde hace algunos años.


No me importa lo que piensen de mí, otros poetas.
Pues la meta es la búsqueda. Pero por la ley de causa y efecto,
la primera razón de todas es que Dios es perfecto.
Acudimos a la fuente, en la que no caben el enojo ni la risa.


El efecto secundario es que tenemos mucha prisa.





Nos movemos y bailamos Waltz vienés, encorsetados y firmes como soldados de un ejército.
Pues todo es vibración: ¡ Madrid ! Y libertad de expresión: ¡ Barcelona !
Y Derecho a la Intimidad: ¡ Nueva York ! Y todo es, en esencia, Gozo.
Verdadero Amor que se desnuda, sobre todo en el calabozo.


Porque esa Tierra de Promisión, que mana leche y miel, exige mucho esfuerzo, a cambio.


Y el pueblo de Israel va en perpetuo éxodo y vive en la diáspora.
¡ Oh, señor ! Nuestra época es una bala en tu rifle Kaláshnikov.
¡ Oh, señor ! Los siglos venideros son las cuentas de un rosario.
¡ Oh, señor ! Un cepillo de dientes nuevo, cada tres o cuatro meses.


El Tiempo pasa. Sí... Amo el Amor-Bondad, porque lo intuyo y lo conozco.