Amor divino

(Resucitó como dijo. Aleluya)

Huyen las sombras y refresca el día,
decidme, si sabéis, dónde se ha ido,
dónde se encuentra, dónde se ha dormido,
dónde se escucha hermosa melodía.

Herida de dolor y de agonía,
desconsolada llora el bien perdido,
entre montes y valles escondido,
te busca sin cesar el alma mía.

Oveja de tu aprisco descarriada,
te persigo sin fuerza y sin aliento,
prisionera de zarzas y aterrada.

Oye, pastor, mi súplica y lamento,
atiende ya mi voz enajenada,
y líbrame de ausencia y sufrimiento.

© Santiago Cuerda Morcillo
http://caminodeldespertar.blogspot.com/