Amor espiritual.

Cada vez que hablo con ella, se coloca en penitencia, una estrella.
Es el árbol de Navidad, y se adorna con bolas de colores gris y rojo.
Caramelos con forma de bastón, y mazapanes que imitan al conejo, o al caracol.
Turrones de almendras y de chocolate. Pastores y belenes.





Salimos a pasear, junto a los nenes, que van corriendo, de excursión.


Me la llevo donde el monte eclipsa, con su sombra, al pueblo llano, en el valle.
Le encanta mi amor por el detalle. La ilustro con mis conocimientos,
al respecto de la cetrería, y de las aves rapaces.
Quiere perdices en escabeche. Quiere sonrisas y lágrimas.


Quiere la canción de Mary Poppins. Y pintura en las aceras de las calles.


Quiere deshollinadores, que bailen en los terrados.
Necesita cuidar niños que estén tristes; por ser hijos de padres diligentes y normales.
Y le pregunto:





¿ Eres humana ?


Ella es divina. Divina pastora. Es un alma que me da de beber, el agua de su cantimplora.

 

¡ Gracias, compañero ! El Sol es mi amigo, de un tiempo a esta parte.