Amor geológico.

Me quisiste hacer humano.
Pero sabes que soy divino.
Como los portales dimensionales.
Que son vórtices energéticos o embudos espiralados, invisibles.


Para pasar a otras épocas, en el mismo mundo en que vivimos.


O a otros universos paralelos, en este mismo presente que disfrutamos.
O a otros planetas, de este mismo universo. Habitables o no. Hay un peligro.
Como en el Triángulo de las Bermudas, en el que desaparecen barcos y aviones,
como por arte de magia.


El mundo tiene energía electromagnética que lo recorre.





Los meridianos y paralelos de su extenso mapa, a veces, se cruzan.
Formando nadis, que son líneas de fuerza grotesca, que nos va refinando.
Los nadis subliman a los seres vivos, y así, Nueva York es la Gran Manzana.
Hay nadis también, en Argentina o en Russia. Son las cosquillas de la madre Tierra.


También, en Australia.


Yo te amo...
Pero te vigilo.
Jesús de Nazareth, conmigo, hizo un milagro.
Multiplicó panes y peces, metiendo las manos por una puerta dimensional...


Que conectaba con un universo paralelo, en el cuál, el planeta Tierra de allí...


En esa época, tenía panes y peces de sobra.

 

Todo un mundo de andromeda recorro poeta, el amor es todo un milagro siempre, un placer leerlo, saludos

 

Un poema bidimensional o tridimensional y si sacas muchos panes y peces entonces si eres divino.

 

¡ Gracias, amigas !
El mundo es mío.
Lo que ocurre es que lo comparto.
Porque soy muy generoso.
Y vosotras me amáis, con locura.


Y entonces, eso es fascinante. Y no me lo esperaba. Reinas.