Amor Mitológico

El leía el diario en el jardín, le gustaba leer al sol de la mañana con una ramita hierba tierna en la boca mientras se espantaba las moscas con su larga cola.

Su pareja, buen cocinero lo miraba con ojo de enamorado desde la cocina, mientras comenzaba a picar muy fino una redonda y jugosa cebolla….

− hay una cosa que odio más que ir al oculista, y es picar cebolla −pensó como sabiendo lo que pasaría.

En ese preciso momento un dardo de sangre de cebolla se clavó como una lanza de lluvia en su único ojo, y un ardor de mil llantos le quitó toda su visión.

−¡ayyy…Por mi madre Gea no veo…! −exclamó en un grito que atravesó la ventana− ….no veo…me quede ciega…¡AMORRRRRR….!

Tanteando sobre la mesada de la cocina, buscaba desesperadamente algo que le brinde alivio, un repasador, una servilleta…..algo….entonces insistió con su llamado….

−Hay, estos centauros, nunca vienen cuando una los necesita −volvió a insistir con sus gritos− ¡amor, limpiate las patitas afuera y veni……¡ VENI QUE NO VEO !

Con frenético galope su amor irrumpió en la cocina en su auxilio.

−¿Qué le pasa a mi cíclope hermoso? −dijo con vos de enamorado, y con aire de héroe salvador.

−¿no ves? ¡no veo! −le dijo casi llorando− hace una hora que te llamo.

−bueno, bueno…cálmese….¡mi amor! −mientras le secaba el ojo con un pañuelo de fina seda− ¿estas mejor mi amor?

−mmm….No, ¡me falta el besito ! −acercando su boca a su ojo lo beso muy tiernamente.

Hubiera parecido una escena armada, pero no, y aprovechando la bondad y ese beso tierno. Aprovecho inteligentemente ese momento para hacer una pregunta. La pregunta que no la dejaba dormir, desde hacia unos días…

−Gracias por el beso amor, ¿puedo pedirte algo? −le dijo con una voz, casi de ángel.

−¡Lo que quieras amor..! −dijo casi con la misma dulzura.

−¿ Estas fiestas podemos pasarlas aquí en casa solitos juntos? −preguntó mientras su mano recorría el lomo de su pareja, cosa que a él le encantaba.

−¿Qué…? −sonó como un trueno, y comenzó a ponerse nervioso y cuando esto sucedía sus cuatro patas comenzaban a moverse casi independientemente.

−Eso…lo que te dije… −insistió con voz mas tenue.

−¡Ah….! Yo no puedo creer lo que escucho….el año pasado habíamos quedado que navidad en la casa de mi mamá −le dijo con voz muy firme, mientras no dejaba de moverse.

−¡Para..! ¡Para..! que me vas romper algo…….Yo a la casa de tu madre no voy, el año pasado la pase muy mal ……culpa de esa yegua…−esto último lo dijo casi como un susurro.

−¡Te escuche…! Le dijiste yegua a mamá….a mamá que fue la única que nos apoyo……¿te acordas?……. papá casi se muere cuando se entero de lo nuestro…..él quería que me case aunque sea con la sirena esa…..ay…¿como se llamaba..?.....ah…..Parténope…..que olor tenia……imaginate con la alergia que le tengo al pescado….viviría internado.

−¡Que horror! ...tu papá….a mi no me puede ni ver…..−le dijo, mientras recordaba los acontecimientos del año anterior− Pero yo este año estoy diferente me van a criticar….ellos no saben que me opere…..¿vos le dijiste que me opere?.......

−Eeeeeeh….Nooooo…….no le dije…..pero pienso hacerlo……− esa pregunta le hizo bajar la adrenalina.

Y en tren de retomar, viejas discusiones……

−bueno…….pero …..¿te gusta como me quedo….o no?..es por eso que no le dijiste……o ¿no?...− ahora era él el que fruncía el ceño….y su única ceja tomaba una extraña forma..

−No volvamos a lo mismo……−sabía que la eterna discusión….volvería una vez más…..

− Y bueno eras vos el que quería que me ponga busto….y bueno ¡me puse! −Le dijo con tono de recriminación.

−Si te pusiste…busto…pero te tenías que poner UNO…..UNO SOLO…!!!!