Amor prisionero

Amor,
eres tú mi prisionero
y tu cárcel será mi cuerpo.
Sufriendo pasas los días
encerrado en mis adentros.

Conocer una mujer fue tu delito.
No pelear su corazón te llevó a juicio.
Enamorarte de ella fue tu pena.
Y sufrir su indiferencia tu condena.

Sufres custodia y vigilia
de una timidez obsesiva
que te resta valentía
y te impide hacer huida.

Y en miradas escondidas
por miedo a ser descubiertas
atisbarás la esperanza
de escapar de mí algún día.

Las versos que yo te escribo,
hacen de tu pala y pico,
tú los usas con ahínco
a la vez que los recito.

Si pretendes escapar
deberás romper cadenas
forjadas por una herrera
que se llama soledad.

Y atravesar gruesos muros
hechos de miedos oscuros
que con los años se han hecho
más duros de perforar.

Pero no lo conseguirás.
Solamente si a quién tú amas
lo pretende y lo desea
obtendrás la libertad.
​

 

Maldiciones bellas, para una fornicación sin fin.
Hay que ver, cuántos gigantes vas a engendrar.
Y después del diluvio, todos serán vencidos.
Je, je, je.


Un eterno fracaso, cotidiano. Y luego, debilidad corporal. De postre, discusiones y lamentos. Para acabar escribiendo poemas terribles y pecaminosos.

 

A veces ser prisionero es una bella condena. Bello poema amigo saydumela. Un abrazo. Paco.

 

El amor si pretende trascender tiene que abrazar la libertad, creo, un agrado leerle, saludos!

 

Gracias a todos por vuestros amables comentarios. Un saludo.