Amor quimÉrico

Querida mía:

El tiempo no ha borrado el inmenso amor que siento, siguen en mi alcoba tus profundos olores de jazmín y cayenas entremezclados con el sudor de tu piel.
Lo que creía recuerdos fugaces, eran llamas ardientes salidas de las profundidades del alma. El ferviente amor nacido de los dardos de cupido, siguen las rutas de Morfeo y Diana, señalándome el camino hacía ti.

Aún siguen en mi mente los gloriosos recuerdos que como agujas punzantes se introducen en mi corazón. Mary, amor imposible sin razón alguna, pasa por mi memoria el comienzo de nuestra relación, recuerdo como en el inicio de la primavera del 76, ésta no disminuyó en nada el amor que sentía y aún con la llegada del otoño lo nuestro se hacía más fuerte, las miradas amorosas e intensas, coquetas y cómplices, seguían resplandecientes como el incandescente sol del caluroso verano.

Mary, recuerdo las caricias producidas por el roce de las manos como testigo del inagotable fuego ardiente cual vesubio en erupción que emulan el deseo profundo de tenerte y estar contigo.

Los prolongados besos se resistían a la separación de los labios, ansias infinitas de proseguir con la magia y obra estética de deseos amorosos.
Querida Mary, hoy cuando calendarios y calendarios retirábamos de las paredes, junto con las nieves depositados en nuestras cabelleras que en el inicio fueron negras, se comparaban con Florentino y Dioselina en el Amor en los tiempos del Cólera.

Querida mía, te necesito, sigues siendo tu la razón de mi existir y la expresión sublime que me regocija en medio de abrazos y besos tiernos que sucumbían con la caída del sol o la llegada de la luna y nuestras sombras recorrían la alcoba caminando sobre las paredes en medio de corazones y flores rosadas.

Tus preguntas certeras de quien era tu amor y tus punzantes miradas, atravesaban mis pupilas y yo los tuyo color miel que como las expresiones Beker terminaban diciendo que mi gran amor eres tú.
[SIZE=4] [/SIZE]
[FONT=Monotype Corsiva][SIZE=4]Querida Mary, sigues siendo la rosa deslumbrante del jardín del edén, el brillo natural del resplandeciente sol al albor del cénit y el camino excelso para dirigir mis pasos hacía ti.[/SIZE][/FONT]
[COLOR=#3366ff][FONT=Monotype Corsiva][SIZE=4] [/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Monotype Corsiva]
[COLOR=#3366ff][FONT=Monotype Corsiva][SIZE=4]Sigues siendo tú el agua viva desbordante de su cauce natural por la excesiva lluvia, la voz mágica y aliciente ideal para reconfortar mi alma.[/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Monotype Corsiva]
[COLOR=#3366ff][FONT=Monotype Corsiva][SIZE=4] [/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Monotype Corsiva]
[COLOR=#3366ff][FONT=Monotype Corsiva][SIZE=4]Querida Mary, amor imposible, una vez más y como todos los años aquí en tu tumba, aquí en tu tumba, con los corazones y flores rosadas, estamos juntos.[/SIZE][/FONT][/COLOR][FONT=Monotype Corsiva][/font][/font][/font][/font]​

[FONT=Monotype Corsiva][FONT=Monotype Corsiva][FONT=Monotype Corsiva][/font][/font][/font]

 

Preciosas y dolorosas letras amigo Jeremías, pensaba que los hombres no podían sufrir tanto...
Saludos cordiales argentinos

 

Vaya que ha logrado que mis ojos se llenaran de agua al leer esa bella carta de amor a Mary, quien aunque ausente, siempre estará presente dentro de su corazón. Me encantó. Saludos y estrellas para Usted.

 

Mil gracias mias amigas, pienso que con sus comentarios muestran una gran solidaridad y sensibilidad frente a lo bello y lo sublime.
Un abrazo fraterno