Amor renacentista.

No pudo ser.
No sucedió.
Se marchitó la flor.
Pero comí galletas integrales con chocolate puro.


A veces, busco la redención.


El rescate de la oveja perdida...
Pero si soy el buen pastor, tendré que vendarme yo mismo, las heridas.
No me vale confiar ciegamente, en un elegido.
Ofrezco resistencia, con mi escudo, a ser atravesado por las flechas de Cupido.


La vi y quise frecuentar su compañía.





Era una criatura toda, hecha de cinematografía.
Rollo de celuloide, animación y secuencias hechas con fotogramas.
Escenas y paisajes, con diálogos y soliloquios.
Tertulias poéticas y tribus salvajes del río Amazonas.


Misionera, de una estirpe visigótica española.


Misionera regia que navegó por el océano, junto a Bartolomé de las Casas.
Junípero Serra, Hernán Cortés o Francisco Pizarro.
Mariana de Jesús...
Pero yo nací siglos después. Soy, ante eso, sólo un guijarro.


Sólo soy una piedra, dentro de un pañuelo de cocina. Letrero de INRI. Corona de espinas.


¿ Craso error ? Ella no viajó ultramar.
¿ Craso error ? Divertimento.
Soy libre de Pecado. No tiren la primera piedra.
No me dejaré lapidar.


¡ Mariana de Jesús ! Je, je, je. Me he vuelto a equivocar.