Amor urbano.

Mi amor por mi ciudad...
Paseo por la casa de los espejos.
Es un parque natural.
Gente que me refleja. Sus miradas curiosas. A veces, el ademán, furioso.


Los perros, leales. Se ladran, unos a otros. El combate está a punto de caramelo.


Un atleta se balancea sobre sus patas traseras.
Son piernas. ¿ Verdad ? Un respeto.
Prosigo mi marcha, ajeno al dinamismo deportivo.
Ataviado con un grueso abrigo.


Una camarera me enamora. Su compañera de oficio tampoco tiene desperdicio.


Los árboles cantores; a mí, me lo parecen.
Columnas erigidas como monumentos, presididos por el águila metálica.
El río majestuoso, ahora, decrépito.
Poca agua contiene, el muy estúpido. Mas no le voy a mear encima. Desde el puente.


Un taxista nos escupe de vuelta a casa. Su coche es su boca. Su carro es los dientes.


Las estanqueras venden tabaco y me tratan amablemente.
Un señor mayor quiere adelantarme en la petición de cigarrillos.
¡ Se me cuela !
¿ Tengo pinta de segundo de a bordo, o de último mono ?


Hace varios meses que no voy al barbero. Mi pelo, limpio. Un poco desordenado está.

 

interesante deambular por la ciudad Nommo, saludos.

 

Efectivamente.
Para encontrarme a mí mismo, ni más ni menos.
La energía del hogar, y la familia angelical necesitan respirar aire puro.