Amor

El Amor lo ejercí, lo compré y lo regalé
mal o bien, en todo momento lo disfruté
traté de tenerlo a mi alrededor espectante
no sentí nunca su falta, sentí a veces el dolor
de no ser comprendido... talvez mal querido...
otras veces me angustié por no haberlo ofrecido
por la resaca culpable de pecadoras trasnochadas
por haberlo abandonado o neciamente perdido
Supe de la dicha del goce de su compañía
y también de la tristeza cuando callado se aleja

EL Amor no se corporiza siempre
suele ser llama sin nombre
que se inflama y languice
al ritmo de un corazón
que está solo y sin razón
por quien latir y vivir

Mas su mayor esplendor
lo vive cuando es fogata... incendio
consumiendo lo que encuentra a su paso alrededor
expandiendo por doquier los fuegos de la pasión

Ese abrasivo impulso no es eterno
se calma... se desvanece
... bien se dice
"si hubo fuego, cenizas quedan"
... y es que quedan esperando
la caricia de una brisa
que avive alguna brasa vestigio
del fuego que supo arder
​

 

Reflexion, evocación de los buenos tiempos del amor, que no son olvido porque todavia su recuerdo quema.
Saludos poeta.

 

Gracias Daniel por tu visita y comentario.
Un abrazo

 

Muchas gracias por compartir este poema que habla con sabiduría -y un dejo de nostalgia- de la experiencia heterogénea del amor.
Saludos cordiales, tocayo.

 

Realmente tocayo... heterogéneo !
Un abrazo mi amigo