Amores, dolores y ajetreos mundanos

El andar apresurado de un amante acongojado,

nuestro mundo desquiciado que no tiene sentido,

el calor de una caricia sin destino por olvido,

la amargura del avaro por todo lo perdido,

el pulsar recalcitrante de la vida en la constante,

la rutina, que sé yo, el valor de los diamantes,

el estúpido que miente por salvarse del castigo,

la pureza de la madre que vela por sus niños,

el amor incalculable de los viejos por el vino,

la alegría prometida por los dioses en el cielo,

el dolor alucinante del amor que solo es sueño,

el arrojo impresionante del torero en ese ruedo,

la certeza apacible de saber lo que es lo bueno,

el olor apetecible a pan y el estómago con hambre,

la simpleza de los niños en su lúdica sonrisa,

la primera fantasía en la bella adolescencia,

el sollozo solitario de la novia abandonada,

la tristeza de los rostros que se vuelca en carcajada,

el camino que se forja en la vida de los flojos,

la esperanza fallecida ante crudas realidades,

un “te quiero”, un “te espero”, un “adiós”,

son dolores, ajetreos y las formas del amor.



Andrés Romo



REGISTRO PÚBLICO DEL DERECHO DE AUTOR No. 03-2014-031109431700-14​

 

La vida en su máxima expresión tiene muchas caras en el sistema social que hemos construido, el amor es uno de los muchos sentimientos que tenemos a nuestro alcance. Bello y profundo poema amigo Andrés. Un abrazo. Paco.

 

Nuestro mundo sí tiene sentido.
Porque Dios lo tiene todo, calculado.
Pero comprender su plan creador, nos marearía.
Yo, sin embargo, me he asomado a su ventana.