Anatomía de la infelicidad

La mente entiende que idealizar el porvenir
Es engañarse en el presente y añorar el pasado,
Soñar con lo imposible, chocar con lo terreno hasta que
El tiempo transfigure astíos en buenos recuerdos.

Esta memoria perversa que tergiversa,
Que transforma pena definida en alegría difusa,
Emite su mentira compulsiva porque piensa
Que el placer es medicina para desidias
Profusas

Atrapado entre la espada y la pared,
Donde espada es un futuro brillante
De fulgor incierto
Pero es el cuchillo y no su brillo lo que atisbo.
Esas falsas ilusiones no cegarán lo que observo.

Donde pared es funeral de los momentos
Así como la noche fallecimiento del día
Pues pretérito es la defunción del acontecimiento
Y mi posición intermedia lenta agonía.

Me cansé del positivismo y su falacia
Y quizá antes de tiempo abracé la desgracia.
Hay mentiras que convienen alargar por toda una vida.
Con respecto a las verdades mejor déjalas dormidas.

Vivimos en una sociedad donde las creencias dominan, donde el sensato es el loco bajo ojos que deliran.
Reflexiona en soledad o súmate a la irreflexiva
Pues la religión es una esquizofrenia colectiva.

Todo me parece tan estéril, tan falto de viveza, tan lleno según se mire,
Sería prudente antes biseccionar la vida
para poder analizarla y concluir si es aburrida
Ya que somos víctimas de lo ideal y la doctrina, de constructos sociales asimilados por inercia.
Razonamos en base a lo que la masa dictamina.
Evitamos el juicio aceptando la sentencia.

El mañana puede terminar mañana mismo,
constantemente conciente de no ser infinito
Si a cada plan de futuro que elijo
el precio de un prefijo condiciona al de "si sigo vivo"

Carezco de esa arrogancia del resto de individuos
Tantos caminos para un único destino
Cuando la vida decida acabará contigo
Por más madera que toques
no evitarás el pino.