Anclarse en el dolor del bien perdido. Soneto.

Anclarse en el dolor del bien perdido
es pérdida y dolor irreparable,
pecado contumaz e imperdonable
que da desesperanza a tu latido.

Mirar atrás mirando resentido
te deja el corazón intransitable,
la vida te parece miserable,
y mísero de ti, vagas rendido.

Te abrazas prisionero a tu derrota
y muerto te atiborras de pasado
poniendo tu cabeza en su picota.

Su marcha te somete a su dictado
plantando sobre ti su recia bota,
Pisándote la fe que Dios te ha dado.

 

Hermoso tu soneto, lo terrible es quedar anclado en el pasado de lo que nunca ocurrió, morir de una nostalgia inexistente...mis estrellas.

 

Gracias Ludmila. Magnífica tu matización. Un abrazo amiga afectuoso y sincero.

 

Bellisimo de leer y super bien hecho tu soneto, me encanta como escribes. Si has escrito como se puede quedar uno anclado....es que sabes levar anclas, estrellas y peputacion...........Un saludo afectuoso.

 

Te aplaudo de pie
un beso y estrellas
Rosario

 

MAKTÚ

Excelente soneto, con el último verso subjetivo;
es verdad, nunca la derrota, ni los dolores
deben doblegar la fortaleza espiritual.

Un saludo cordial.​

 

Maravillosamente expresado, y encima con la medida exacta del soneto, todo un arte lo tuyo. Besos.

 

Como siempre Maramin, un placer recibir tus comentarios. Agradecido.

 

Eralda, muchas gracias por tu interés hacia mis letras. Besos para ti también.

 

Muchas gracias Albuja. Recibe igualmente mi saludo más cordial. Agradecido.

 

Agradecido a tu aplauso amiga y a gracias también por tus estrellas. Un beso Rosario.

 

Jose, muchas gracias por tu comentario a "Anclarse en el dolor...". Un saludo con repu. Agradecido.

 

Estimado Maktú:

Qué agradable es tu pluma, excelente soneto que además de poseer una estructura limpia, nos comparte reflexiones muy valiosas que ojalá y muchos tomásemos en cuenta. Espero leerte pronto

Saludos

 

Muchas gracias Tlilmikiztli. Saludos para ti también.

 

Creo que anclarse en el pasado es una opción que nunca hay que elegir. Algunas personas no la eligen, sino que son fagocitadas por esa clase de sentimientos y de rencores. No siempre somos capaces de superar con facilidad los eventos
tristes que suceden en nuestra vida o aquellos especialmente traumáticos. Celebro que te adhieras a los que vivimos para renacer cada mañana.

 

Luís, amigo, tienes toda la razón. Debemos ser como el majestuoso Fénix resucitando cada día a la vida, elevarnos sobre nuestros errores, emocionarnos, amarnos, disfrutar incluso con nuestras tareas más odiosas... VIVIR. Sólo debemos existir para el momento, para el instante, y en ese instante darlo todo, ya que siempre habrá un mañana donde renacer de nuevo. Mito griego, fe cristiana...Todo es lo mismo...y diferente. Qué paradoja... ¿o no? Un abrazo afectuoso.

 

es precioso tu soneto sin duda alguna...

 

Muchas gracias Jahir por tu comentario.