Ángel de la Guarda

No puedo quitar mis ojos de tí, porque de tí estoy enamorada;
pero me gritas que me vaya, que te deje y ante tus ojos desaparezco en un instante.

Es dificil al final del día, pero regreso de noche a buscarte mientras afuera llueve.
Ahora ya no me ves, pero me sientes, te estrecho, en mis brazos te hago dormir,
y en este momento a mí te aferras y sé que puedes sentir mi amor.
Te miro en silencio mientras cuido tu sueño, torturándome por no ser capaz de acariciar tu piel;
consolándome con estar esta noche contemplándote.

Cuando el sol ya ha salido, sigues sin verme, pasando sin saberlo junto a mí, através de mí,
y aún así me buscas, lo pides y ante tí me muestro, te amo demasiado;
me aparezco con la única esperanza de tu amor, y lo que recibo es tu desprecio y tu rencor...
no conozco del dolor, pero sé que me heriste.
Me dices lleno de amargura que te irás, te vas con ella, que de mí ya nada quieres saber, ni volverme a ver.
Sé de algún modo que no quieres alejarte, pero me culpas por lo que soy, por no ser como tú, porque no te siento.

Tampoco sé de sensaciones, pero la tristeza debería inundarme ahora; y movida por un impulso que no entiendo,
en un parpadeo me encuentro sobre el edificio mas alto de laTierra.
Estoy dispuesta a tirarme al vacío, a abandonar lo que hasta hoy he sido, rechazando la perfección por estar a tu lado.

Y así sucede, salto sin pensarlo, mientras en mi mente veo cómo nazco, una infancia que no tuve,
pasa ante mí la vida que debió ser.

Aparezco tirada, siento frío y duro el suelo, ¿qué es esto en mis manos y mi frente?
es roja, líquida...es mi sangre, duele.
Corro desesperada al lugar donde siempre estuve junto a tí, te busco y no estás, te has ido.
Ahora no sé como controlar esto que siento. Salgo tratando de seguir tus pasos, esperando llegar a tiempo.

Después de todo llego, es extraño llamar a la puerta... respondes mi llamado y por fin toco tu mano
y también te siento, ya no importan las heridas ni si duelen,
el roce de tu piel me calma y es más hermoso que cualquier amanecer.
Estas solo ¿ella dónde esta? Yo sabía que no podrías traicionarme,
y me confiesas que de mí también te enamoraste;
ahora qué más da, soy tuya, por tí he caído.

Todo es nuevo, siempre estuve en esta Tierra, pero hasta hoy la descubrí;
ahora sólo es un sueño mortal el no morir.
Esto es agua, siento el aire en mi cara, a mi piel la quema el fuego y siento el frío;
los dedos se me enredan en tu pelo y es un milagro guardar tu aroma en mi memoria.

Pero lo más extasiante ha sido tu boca, he sentido tus labios en los míos, la humedad,
he jugado con tu lengua, entre tus dientes, he probado el néctar de tu amor, el de tu corazón.

¡¿Qué saben los que son como yo era,
lo que es la vida y el amor de un ser mortal, la intensidad de un sentir, el sufrimiento del amor?!

Llego al momento culminante entre tus brazos, tus manos, tus labios, tu cuerpo...y lloro,
como un día te ví hacerlo y no lo entendí. Mis lagrimas se caen una a una
por mi rostro y las levantas con tu mano.
La vida y la muerte se han fundido en mi espíritu y el tuyo, nos descubrimos entre lágrimas y la alegría...
Ahora puedo verme reflejada en tu mirada.
Con tus ojos fijos en mí, me sonríes y una vez más a mis labios te entregas.

Nos queda una vida juntos para el amor...

 

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