Ángulos

Siguiendo la línea fatal de los sucesos,
Con coraje que no lográis ocultar,
Olvidando el orgullo de una raza poderosa,
Que al final no raya más que en la cobardía de las sombras,
Redactando suplicios encontrados en la doliente soledad,
Y vienes en el sendero de la estupidez...

Regando la terquedad del vencido,
Dejando atrás las ciudades que nunca conquistaste,
Incendiando lo que en otrora fue hermoso,
Los ángulos del pentagrama te han ahorcado,
Llegando al final del los días utópicos,
Cuando eran vividos en libertad,

Con ansiedad despiertas...
En el desierto de tu confusión,
Causado por las palabras milenarias que son basura,
Perdida la razón que ¿os queda mas que la locura?

Te has perdido, ¡patético mortal!
Dejad lo divino a los sabios,
Y no intentes comprender lo oscuro,
Que al final te sumirá en tinieblas...

Redención para los conquistadores,
Y muerte para los vencidos,
La historia nos enseña eso,
La verdad será oculta por los mentirosos,
La pureza convertida en podredumbre,
Por manos idiotas que no sabrán nunca,
Comprender un corazón amante...

Cabalgarás en aras del miedo,
No comprendiendo jamás el mundo a tus pies,
Pero jactándote de ser sabio,
Cuando la sabiduría llega por la vida,
Y no por soplo divino...

Que se llenen de tierra tus deseos ufanos,
Que la lanza que intentas clavar se partirá en astillas,
Porque una duda se siembra en tu mente,
Dejando atrás la aparente valentía...

Que mueran mil reinos,
Que se hunda la Atlántida por segunda vez,
Que nada encontrarás en el cielo,
Que nada te pertenece en el infierno...

Porque para mirar el firmamento,
Se necesita coraje... no hablar,
Soñar y no enceguecer por los misterios estúpidos,
Se necesita espíritu y no egoísmos...

Los ángulos se han conjugado,
Con la magia del pasado, con el presente y lo que será,
Y en silencio desgarro las cortinas de la eternidad,
Que no es nada para mí...

He guerreado desde siempre,
Despreciando a los seres pérfidos y sentenciados,
Conformándote con la lástima que a vos dedicarán,
Llenando tu vida en un vacío pedestal,
Arrogante y mal nacido fue tu corazón maldecido,

Que sean los fuegos fatuos los que terminen el trabajo,
Llenado de miedo los corazones humanos,
Desgarrando la saña que corresponde a los de mi estirpe,
Ganada desde el principio de los tiempos,
Como Dios oscuro y hermoso....

Que mis palabras aplasten los bramidos de los caídos,
Aquellos que serán menos que comida para mis bestias,
Gritos de desesperación serán mi música especial,
Quemando las ciudades.... ahogando lo sagrado...

¡Venid a mí!
Que desgarraré vuestras entrañas...
Que desangraré vuestras venas...
Y escupiré en el rostro vil y mentiroso...

Atragántate con tu lengua,
Y evítame la pena de cortarla...
Tu cuerpo será ardiente tea,
Y de tu recuerdo no quedará ni memoria,
Con palabras mordaces termino mi osadía,

Que venga en plan de ironía,
La vertiente que ahora se declama,
Con sonrisas de burla,
Ángulos rectos al final de los días,

Que no quede la gracia de Dios inmerecida,
Un cobarde por excelencia y un mentiroso en potencia,
Que mueran mil veces sus promesas,
Y que el día llegue... olvidando sus palabras,
Que ensucian el firmamento...

Que la hora del final se ha marcado,
Desde siempre tu mentira ha fallado,
Y en este siglo tu poder será aniquilado....

Que sean las almas de mis demonios,
Los que lleven el grito de guerra,
Que sean tus humanos los que claven la espada en tu corazón,
Y ¿yo? simplemente observaré...
Tus entrañas esparcidas por el templo,
Con lágrimas porque aquellos que nunca amaste,
Serán la causa de vuestro final....

Tu corona será ceñida por mí,
Y de tu cuerpo ni resto quedará,
Sea pues mi promesa, así mi juramento,
Y en esta noche sin luna comienza el juego final...

Lord Vélfragor

 

El Juicio Final, catástrofe o torre, que con el rayo se despedaza, y caen al fin todos aquellos que habían participado en la tarea de convertir la pureza en podredumbre.

Nada más que espíritu y coraje se necesita para andar por la vida y por la muerte. El soplo divino nos alumbra en estas tinieblas que nos devoran.

He disfrutado cada linea de este sincero, arrebatador y apocalíptico poema.

Gracias Lord Vélfragor por dejarnos participar en él.

Besos