Antes del Alba

No soy quién para juzgar si es una obra maestra, pero sí, que es el poema más sentido que he escrito hacia alguien que no es mi pareja sentimental.

Antes del alba (nana)

A mi madre, a todas las madres

Buscaba la tierra
y en tus manos doradas
la encontré plegada,
igual que un niño
antes de la cuna.

Miraba tus pies alados
buscando el norte,
sin saber porqué,
ni cómo, ni cuándo,
aunque siempre los miraba.

Y aspirando barro.
Y bebiéndome el océano.
Y apoyando los astros
sobre bastones de arcilla.
Y absorbiendo savia pura
de raíces y hojas secas.
Y montado en una yegua
de sangre y yunta.
Y llorando sueños
de carbón y cenizas.
Y antes del alba.
¡Verdad!
¡Todo verdad!

Escuchaba azucenas
en tu vientre blanco,
sin saber porqué,
ni cómo, ni cuándo,
aunque siempre las escuchaba.

Y respirando sangre.
Y gritándole a Dios
desde tu seno de pan,
desde tu seno de agua.
Y amaneciendo eterno
cerca del cielo dulce
de tus entrañas.
Y sabiendo que tus manos,
melodiosas y mansas,
me aguardaban fieles
bajo la luz de mundo,
tras la gran puerta.
Y abrazando,
antes que Tiempo,
mil álamos y mil higueras.
Y sucio de juegos.
Y antes del alba.
¡Verdad!
¡Todo verdad!

Veía tus pechos de lumbre
ofreciéndome la vida,
sin saber porqué,
ni cómo, ni cuándo,
pero siempre los veía.

Y bañándome en tu eternidad.
Y durmiéndome mojado
en cada recodo
de tus ríos templados.
Y soñando leche caliente.
Y navegando sin barca
entre tus dedos
y tu corazón de granates.
Y pidiéndote más,
más plumas y dedillos,
más miradas y cariños.
Y durmiendo aún
ya quería caminar,
volar temprano y sembrar la tierra
de versos primitivos.
Y antes del alba.

¡Verdad!
¡Todo verdad!

Tocaba tu pelo sensible
igual que una lira de algodón,
sin saber porqué,
ni cómo, ni cuándo,
pero siempre lo tocaba.

Y esperando tus sonrisas.
Y queriendo cantarle
a la luna que ya te quería
más que a ella.
Y aprendiendo a leer
en tus pupilas de uva,
en tus ojos de plata,
en tu frente de limo.
Y aprendiendo a leer:
“para siempre”.
Y sabiéndome dichoso
de despertar cada día
entre tus senos tibios de sal
y tus brazos seguros de amor.
Y bailando contigo
bailando.
Y antes del alba.



¡Verdad!
¡Todo verdad!

Yo buscaba la tierra
y en tus manos doradas
la encontré plegada,
igual que un niño
antes de la cuna.

¡Verdad!
¡Todo verdad!
¡Antes del alba!

Antes del alba te miré,
antes del alba te escuché,
antes del alba te vi,
antes del alba te toqué...
...antes del alba ¡madre!,
antes del alba.

Antes del Alba ©

 

Y esperando tus sonrisas.
Y queriendo cantarle
a la luna que ya te quería
más que a ella.

Pues no sé si será tu Obra Maestra, pero a mí me ha encantado.

Un saludo.