antes y después

Nos encontrábamos dispersos, nadie estaba de acuerdo.
unos caminaban sin destino y otros corrían y no llegaban,
nos encontrábamos perdiendo, unos perdían la familia,
otros su ser y había quienes perdían su morada, y no,
no necesitábamos el virus, necesitábamos el tiempo
que este nos ha dado, para dejar la dispersión y
ponernos de acuerdo, para encontrar un destino,
para dejar de creer que corriendo llegaríamos más rápido,
para no perder la familia, para no perder la morada.
Necesitábamos perder para ganar.
​

 

"Necesitamos perder para ganar"
Interesante cierre para tan bello escrito.
UN placer conocerte a traves de tus letras
Saludos

Blason

 

Necesitábamos la visita de un Corona-Virus de Wuhán, para que entendiéramos que no estamos solos, en el Universo, sino que hay vida inteligente, en otros planetas, y que esas civilizaciones extraterrestres, cooperan a veces, con las grandes potencias ( China, Rusia y Estados Unidos ), en riguroso secreto. Dicha colaboración adquiere sentido, puesto que la Vida comparte esencia con el Universo. Y dicha esencia es la Evolución.


Vida ===> Universo ===> Evolución.





De hecho, la perfección es dinámica, y no tan estática como nos gustaría.
Pero claro, dentro del dinamismo, tampoco es que cada nuevo día, sea un no parar.
Vamos con calma.
Busquemos la comodidad.


Pero teniendo en cuenta que alegría no es placer; que santidad no es castidad; que comodidad no es vagancia; un ten con ten.
Y por ende, en pro de la templanza: El cuerpo humano es un templo, cuyas ventanas son los ojos.
Lo mismo le ocurre al perro.
Al ratón.
Al caballo.
Al cactus.
Al olivo.
Al rosal.
Al tiburón blanco.
Al tiburón martillo.


Etc.


Todos los seres vivos son espíritus, que nacieron para experimentar vidas, a nivel físico.
Pero cada espíritu tiene un discernimiento mayor, o menor.
El espíritu propio de la raza humana, aventaja con mucho, al espíritu propio de la raza gallina.
Pero eso no implica que gallos y gallinas, sean despreciables.