Apaga incendios

Muchas veces al día le daban sus fulminantes calenturas, ataques pasionales en lugares manejables a requerimiento, ya sea en su casa o en la oficina, donde disponía de una colección de artilugios fálicos que le hacían pasar dignamente tales emergencias.
Hace un tiempo había tenido un par de compañeros de cartílago tipo orgánico, pero ninguno daba a vasto, el ritmo y tiempo regalado claramente no la satisfacían. Así que opto por la soledad junto a sus juguetillos, pero ese día, en ciudad extraña la crisis le llego de improviso y no tenia nada a mano con que apagar el frenético calor.

El incendio era atroz en sus entrañas, toda mojada de bragas miraba con desesperación a los cuatro puntos cardinales de la concurrida urbe que visitaba buscando solución.
Nada.

Opto por detener el auto, sin preocuparse de donde estacionó. Temblaba completa, a punto de ebullición y al ponerse de pies un torrente de viscoso líquido lubricador le empezaba a correr entre las piernas.

La suerte quiso que por casualidad se encontrara frente a frente ante una tienda sex shop. Milagro.
Era lo que necesitaba y no dudo en entrar, además no estaba mal agregar otro juguetito a su colección.

El roce de cada paso entre sus piernas aumentaba más su excitación y como pudo llego ante el dependiente, entre suspiros le pidió ayuda como asesor a tal empresa.
A menos de un metro de sus ojos se disponían todo el stock; negros y gigantes, como de animal; pálidos miembros artificiales como de amante anglosajón, otros de colores y formas menos convencionales. Todos apetecibles.

El rojo bermellón le llamo la atención, de proporciones gigantescas, manguera al vacío para aumentar tamaño y etiqueta blanca estampada donde seguramente explicaba el modo más recomendable de uso. Brillaba orgulloso y lascivo a un extremo de la exhibición.
Limpió disimuladamente la baba que se escurría por las comisuras de sus labios, lo apuntó con su índice y a ojos cerrados pidió que se lo envuelvan para llevar.
La expresión de sorpresa y desconcierto del vendedor no la desconcentró, era el que necesitaba, pero en ese mismo instante el empleado esbozo que tal aparato no estaba dispuesto, el extintor de incendios no estaba a la venta, pues para otras emergencias se le necesitaba… ¿o no?

 

Jajajaja que mujer tan caliente :::sonreir1:::

Saludos cordiales.

 

Gracias por pasar, saludos Chilenos y cordiales