Apología de la amistad

Para el día en que mis cabellos se tornen grises sobre mis hombros, para ese mismo día en que mi gesto se halle cansado de tanto haber sentido la vida, será que recordaré el tiempo que habré pasado con mis amigos.

En los pastos más fértiles halle el terreno de la amistad, y gozo del alma son los cantos que salen de él, más cuando cae en los caminos de alguien, son aguas en la sequía de su corazón.

Es por esto que soy amigo, porque alguien más tuvo la bondad de serlo para mí, y por ese alguien que quemó mi espíritu, son los regalos del cielo solo una porción de lo que ha de tener.

¡Desdicha!, esto está escrito en los caminos del que la ignora, dureza hay en su mente y en su juicio, porque quien vive sin sus amigos vive como quien solo espera la muerte.

¿Y yo para que querré más bienes de los que necesito?, ¿Para qué habré de tener más riquezas de las que no me dejen ver?, si he de pedir algo a dioses y reyes, es que no halla día en que no pueda vivir para mis amigos.

 

Debo reconocer que cuando se marchan los compañeros de vida, duele más que cuando se apagan los romances, la amistad como apología es interesante pero sucumbe los terrenos de una dialéctica entre confianza y conexión, si hay confianza de ambos lados todo puede suceder de lo contrario se pierde esa conexión, ni toda la distancia ni toda la cercanía.... Interesante puesta reflexiona terrenos olvidados