Aquel anciano

En el frío traicionero de la noche observé a la distancia una lánguida y titubeante figura caminar, con una curiosidad desesperante mi corazón se quiso acercar; descubrí que la titubeante sombra pertenecía a un anciano con aspecto de fatiga, pues le note sentado en una banca para tomar aire y tomo de hambre su pequeña barriga.

Sus canas y sus golpeadas manos me daban a conocer su edad como su duro trabajo, pensé en todas las ironías de la vida y su ruin desparpajo. Me pregunte: como un señor a esta edad puede trabajar? No me explicaba la triste imagen que observaba, pero decidí comprarle una golosina, tal vez con la idea subconsciente de ayudarle pero extrañamente mi deseo era abrazarle.

Al final mis lágrimas terminaron de caer cuando por fin me acerque y quise preguntar el nombre de aquel anciano, Me dijo: claro que te diré mi nombre hijito, me llamo Manuel pero algunos amigos me dicen "Manuelito".

 

Manuelito se me llenaron los ojos de lagrimas, también hubiera querido abrazar a ese ancianito. Es un hermoso escrito, triste, pero mas que todo profundo por el mensaje que lleva oculto. Un abrazo amigo! espero que este bien

 

Gracias por pasar cris y si no sabes que tristeza me dio al verlo a tan tardías horas de la noche cargar con ese carrito de golosinas y mas cuando me dijo que le decían Manuelito u.u ojalá lo vuelva a ver !

 

La proyección de la mente en el tiempo y en el espacio. Letras llenas de sensibilidad. Un placer leerte. Saludos.

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