1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

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  1. [​IMG]

    Cuatro redondeles mueven la carreta;
    gotea grasa en el andar de los caminos
    Incesante el trajinar de los anillos
    bamboleando la carga en un vaivén.
    Un taconeo acompaña los sonidos
    al dejar atrás las huellas del ayer
    que hoy persisten como remembranzas.
    Latente están los efluvios del fogón,
    la sazón de competentes manos
    y los agudos de boleros en borrascas
    con suspiros envueltos en nostalgias
    por los anhelos vueltos lastres
    en una franca y límpida sonrisa
    y una renuencia imposible de borrar.



    A Desairado postrimero. y Ana Argentum les gusta esto.
  2. [​IMG]

    Inmenso dolor: tu inesperada ausencia
    Profundo y fuerte hiere tu silencio.
    Revolotean en bandadas las evocaciones
    y escapan en mis efímeras quimeras
    junto a los ruegos con eco altisonante
    sin consuelo, sosiego ni certidumbre.
    En el último fugaz destello de luz
    de un colosal y cándido atardecer
    trocado en un reflejo nocturnal
    dejaste una clara y marcada estela
    de un laberinto de emociones;
    el surco teñido de grana albergaba
    un corazón con sonidos estertóreos
    a la espera del ansiado retorno
    de la fragancia de tu figura
    y el fuego de la esperanza.​
    A Desairado postrimero. le gusta esto.
  3. [​IMG]

    Cayeron los pétalos de las alas
    inertes en la hojarasca
    al ver que estaban tus manos
    abstraídas en caricias ajenas.

    Quedó ahogado un grito lastimero
    por un nudo lleno de anhelos
    y un corazón encabritado,
    roto, que dejó caer mil latidos.

    Resonó el eco de las notas
    con una bruma que inundó la mirada
    desesperada, triste, nostálgica
    por una cascada seca de promesas.

    Las pavesas del ayer cercano
    dieron luz con haces a lo lejos.
    Una terneza, una guiñada
    son fiel aliento a la esperanza.

    En el fresco y colorido vergel
    un abanico de fragantes flores
    revivirá a las aladas mariposas.
    y dará fruto a mi mejor motivo:
    ¡siempre has sido y serás tú!
  4. upload_2017-5-25_10-43-59.jpeg

    En la umbra de las divagaciones,
    en el claroscuro de los nimbos,
    desfilan impasibles las hojas mustias
    de un calendario presuroso.
    Un tic tac fuera de sincronía
    rompe el hastío al rememorar
    la cadencia del viento en tu silueta.

    Selene, con mínimos destellos,
    alarga las huellas y los pétalos aletargados
    titilan buscando murmullos
    para romper los muros de la aurora.

    Los dedos extenuados
    liberan las amarras
    y los pasos llenos de fortaleza
    quedan convertidos en vacilantes e inseguros.
    Al presentir el descalabro,
    el marfil de una tierna sonrisa
    es la vorágine envolvente de los impulsos;
    la marcha es indetenible, inexorable.
    Las púas implacables marcan las corcheas
    y el centurión, azuzando los impulsos,
    no anhela ni añora
    marcar el sendero en el cauce
    de las lides perdidas.
    A Desairado postrimero. le gusta esto.
  5. [​IMG]

    Voy a contar una historia
    de una morena bien fina
    delgada como una vela
    hija de Pedro y Cristina.
    La conocí en un bautizo
    en casa de una madrina
    fue amor a primera vista
    con respeto y disciplina.
    Al principio resbalosa
    como la propia guabina
    poco a poco fue cautiva
    de mi labia cantarina.
    Bailamos toda la fiesta
    a ritmo de la Bikina
    cuatro meses de noviazgo
    y hoy es mi concubina.
    Un martes en la mañana
    le pegó rabia felina
    por culpa de un desliz
    que tuve con la vecina.
    Hace poco descubrió
    (como si fuera adivina)
    que yo le picaba el ojo
    a la flaca Josefina
    también le lanzaba flores
    a la viuda de la esquina.
    En un ataque de celos
    se volcó a la cocina
    empezó a comer de todo
    igual que una res porcina
    subió su peso inmediato
    comiendo carne, cecina,
    queso, pollo, mortadela,
    jamón, paté de gallina.
    Algo que no le gustaba
    por temor a las espinas
    pescao de río salpreso
    y la olorosa sardina.
    Me castiga día a día
    visitando mi oficina
    formando un zafarrancho
    de fósforo con gasolina.
    Pelea a los cuatro vientos
    y se me puso mezquina
    ya no tomo en mi hogar
    y menos en la cantina
    solo un vasito pequeño
    de una roja granadina
    una vez a la semana
    con jengibre y aguakina.
    Qué bebida tan maluca
    con sabor a la quinina.
    Ella se da la gran vida
    como una gorda cochina
    tragando serios antojos
    tortas, postres, gelatinas.
    Para cumplir con los gastos
    de alimentar la escofina
    tuve que empeñar el reloj
    la esclava, la leontina,
    la cadena, la sortija,
    mi rifle y la carabina.
    No soporto la tensión
    mucho menos la rutina
    ya tomé una decisión
    pa no quedar en la ruina
    prometí portarme bien
    de América a la China
    y nos fuimos a casar
    con el prefecto Medina.
    Nos echó la bendición
    el sacerdote Molina.
    Así brotó la sonrisa
    de mi gorda Valentina
    prometió adelgazar
    hasta ser la bailarina.
    Dio perdón a mis ofensas
    agarrao por la pretina.
    Pa celebrar el evento
    con notas de mandolina
    preparamos varios platos
    de una cena sabatina.
    De entrada sopa de pollo
    y callos a la vizcaína,
    tortillas, papas rellenas
    con cerveza bien divina.
    Para hacer la digestión
    un vaso de chicha andina
    y esperar que anocheciera
    para una feria taurina
    con una vaquilla inquieta
    derechas, girondinas.
    verónicas, paseíllo,
    pasodobles, chicuelinas
    con el rabo bien seguro
    al aire las serpentinas
    echar a un lado el capote
    buscando la catalina
    centrar bien la espadilla
    ¡y darle su vitamina!​
  6. [​IMG]


    Duermen las paredes en silencio;
    ni un zumbido ni un arrullo
    rompe la armonía del descanso
    mientras un índice en los labios
    ahoga el sonido de una voz.
    Unos imperceptibles pies descalzos
    compaginan con manos desnudas
    que van dejando rastros
    dando rienda a la serenidad diurna
    haciendo que el sopor del mediodía
    muestre la inquietud de secretos,
    enigmas y confesiones
    y sigan resguardados a contraluz;
    (aunque sean por un grano del tiempo).
    Ahí están las promesas, caricias,
    contagiosos eróticos sonidos,
    chasquidos de apasionados besos.
    Los muros tienen eco campanero
    mientras entre los poros del concreto
    resuenan los cuchicheos a deshora
    y musitadas palabras de amor
    porque las paredes tienen oídos.

  7. [​IMG]

    Las agujas cansadas del reloj
    marcan las horas con flojedad.
    Los pensamientos maltrechos
    marchan lejanos y aletargados
    con sabor acerbo en los labios.
    Van y retornan los recuerdos
    con el horizonte en vertical
    y las pupilas con luces de arcoíris
    reflejan una verdad burbujeante
    que lacera un compungido corazón
    el cual deja caer los pétalos
    en una hojarasca húmeda y reseca.
    La brisa deja muestra de presencia
    y levanta una vorágine de ofrendas
    que un día forjaron pasos firmes;
    hoy dejan rastro polvoriento
    en la largura del camino
    en una caravana de amargas penas
    e imágenes desvencijadas sin consuelo.


    A Desairado postrimero. le gusta esto.
  8. [​IMG]

    Tarde comprendí la estratagema
    de un amor con condiciones;
    una mano abierta en mi caballete
    hizo de risco ineludible
    para no confundir los colores
    de mi corazón con los tuyos.
    Estando tan cerca de ti
    la distancia fue un acantilado.
    ¡qué clase de enamorado
    no anhela con palabras dulces
    una caricia, un abrazo,
    un beso, un tenue te quiero!
    Mis bocetos van contrapuestos
    y los pinceles verán tus rasgos
    hasta que difumine el viento
    Tus trazos en mis lienzos.
    cambiará el escarlata del ocaso
    por los grises del amanecer
    y en la paleta multicolor
    serás solo un bosquejo.
  9. [​IMG]

    Menuda figura llena de fortaleza
    de tanto andar, las manos callosas
    por el duro trajinar con la carreta.
    Rodando va con huellas en la arena.
    Orla el rostro una sonrisa franca
    con la tez rasgada por el tic tac
    un acarreo por calles y zaguanes
    con valiosa carga de multisabores:
    Tamarindo, piña, rico mantecado,
    cocada, menta, fresa, limonada,
    colita, amorcito y ácida parchita.
    Con lluvia, sol, frío, día caluroso
    cabalga el cepillo al lomo del hielo
    dejando evidencia de alegre son
    Y va naciendo la bola de nieve
    con los anhelos de dulce sabor.
    Al ritmo de “chas” “chas” “chas”.
    surte frescor por la población
    Niños, jóvenes, adultos alborozados
    son semejanza de abejas en panal.
    Con parsimonia atiende a cada uno
    con trato y soltura dicharachera
    a flor de labios el infaltable lema:
    -Dígame paisita ¿qué sabor le pongo?-
    A Desairado postrimero. le gusta esto.
  10. [​IMG]

    Cerrada esta la puerta de madera.
    un día gire el pestillo en tu adiós
    y perdí la llave entre los recuerdos
    que guarde junto a mis sollozos.
    el corazón envuelto en un velo
    no tiene fisuras ni hendiduras
    solo dobleces con gotas de rocío
    que dejan huellas rojas en las cartas
    que atesoro en el arcón de mi mente.
    cada mañana brilla una chispa
    y muchas veces pienso es la espera
    que abrigo sin dudas en el pecho
    desde que vi tus pisadas a la salida
    y que aun el polvillo del tiempo
    no han podido borrar ni cubrir;
    suspiro revertir el rumbo
    de tus pasos y que la puerta
    deje oír los goznes oxidados
    en un clásico concierto musical
    para mi voluntad adolorida.
    solo así estaré en plenitud
    con las alas de par en par
    porque la otra llave…la tienes tú.
  11. upload_2017-5-16_16-37-24.png

    Fuiste faro en un mar irreverente
    fulgor de una tranquila oscurana
    con huellas persistentes en el mañana
    de un cayado, serás el guía silente

    Sonrisa franca, inspiración de poeta
    manos manchadas de fusas y versos
    gimen latentes con susurros tersos
    a flor de labios. melíferas cuartetas

    En la inmensidad del azul del cielo
    quedan los pasos de un badajo hiriente
    que marca la brisa el eco batiente
    lluvia de rocío, aurora en desvelo

    Son semillas en el fecundo suelo
    las palabras sueltas van con el viento
    que volaran inmensas con el aliento
    de germinar mañana en odas de anhelo.

    Agita las alas trovador citadino
    llevas en tu alforja esquelas de amor
    poeta de luces en la arena un matador
    duerme en silencio tu sueño peregrino.​
  12. [​IMG]

    Tres giros ha rodado el carrusel;
    El clarín de los ejes deja un lamento
    cuando la nostalgia juega con la melancolía
    y la inercia hace juego a las remembranzas.
    Tristes vuelan los despojos del crepúsculo
    a la espera de los matices de la alborada.
    Niegan insistente los grises de la aurora
    disipar la presencia ante la claridad;
    es fuerte extrañar el sabor a paraíso
    que germina con calidez y libertad
    en la comisura de tu regazo
    después de libar el vital calostro
    dando fortaleza a las raíces.
    En el otoño de las sienes
    anhelo con fuerza la primavera
    para aceptar la diferencia
    entre las gotas fértiles del invierno
    y la aridez de un interminable verano.
    A Desairado postrimero. y homo-adictus les gusta esto.
  13. [​IMG]


    La mirada desnuda las inquietudes
    cuando la sutileza de una pasión
    corroe los sentidos y atenúa
    las inclementes ansias de frenesí.
    Qué estrategia usar
    para no permitir que la frustración,
    en un acto desesperado,
    aborde la cubierta de la barca
    y enfríe, solidificando los deseos.
    Solo el tiempo con su lenta marcha
    permitirá que se vulnere el escudo
    y aflore de nuevo la yesca
    por una pavesa de las cenizas
    de otras fogatas extenuadas;
    solo así la sonrisa del éxtasis
    tendrá brillantez de diadema
    cuando por una rendija
    penetren haces de brillo
    en un excitante y nuevo despertar


  14. [​IMG]

    Quisiera hablarte de amor
    y no deja, un nudo en mis labios.
    Duele saber de tus anhelos
    y admirar el esplendor de tus ojos
    en la cita inesperada con los míos.


    Cuanto quiero ofrecer a tu vera
    una variedad de sensaciones
    y expresarte con susurros
    todo lo que abrigo en mi pecho.


    Mi piel erizada sueña rozar la tuya
    y en las horas lerdas de soledad
    los sueños recurrentes son fantasía;
    doblego mis manos inquietas
    al querer acariciar tu rostro
    besando tu boca con sutileza.


    Seca está la fuente de palabras
    pletóricas de romanticismo
    y solo brotan reflejos de frustración;
    en el delirio dejaré pasar el tren,
    lleno de fervor en un regreso
    con un ramillete de ofrendas
    y como colofón de un sediento,
    ¡ahí estaré en la estación!

  15. [​IMG]


    La antigua y húmeda habitación
    está tapizada con recuerdos
    de un amor que dejó huellas
    indoblegables por el tiempo.
    Los intentos hasta el cansancio
    para detener las saetas del reloj
    y reavivar a cada instante
    la intensidad de la fogata
    que en noches de delirio
    sellaron nuestros labios.
    ¿Cómo sucumbe el afecto?
    ¿Será que trae caducidad?
    Quedan volátiles mis incógnitas
    en el presagio de noches desiertas.
    Sudan mis manos al rememorar
    en mis tenaces pensamientos
    que aún estás conmigo.
    Aunque no perciba tu aliento
    vivifico en el viejo aposento
    todo el amor que roe mi piel
    y que será tu pertenencia
    más allá de tu regreso.