Aquellos sin alma y hueso

Denuncio a los poetas,

aquellos con almas y final

que son sombras de sí mismos.


Proclamo, ellos sin nombre

pongo su voz y sentimiento

con sus plumas de cólera.


Sin rostros, con dedos y pies

caminando hacia la muerte

con movimientos de peso.


Ven los lugares opacos,

desnudan ojos indivisos,

colorean las silabas.


Lo hacen, tocando el sol

beben ambrosia con veneno

y poemas silenciosos.


vivimos en la penuria

jugamos al azar, la vida

y apostaremos tinta.



Si nos tocan el ser moral

cambiaremos toda fe, pero

incendiaremos las noches.


llama alguien apariencia,

estalla la nota en su voz,

y usurpara el tiempo



Busco aquellos poetas

sin experiencias malsonantes,

y espíritus volantes.

 

Las primeras líneas ("Denuncio a los poetas, / aquellos con almas y final / que son sombras de sí mismos") trazan una línea entre los poetas que han dejado de ser auténticos y se han reducido a meras sombras, vacíos de su propósito original. Este es un fuerte reproche a la falta de sinceridad y profundidad, un llamado a los poetas para que se redescubran a sí mismos y su voz auténtica.

El poema también aborda el papel de la poesía como algo que transita entre lo físico y lo metafísico. Los poetas caminan "hacia la muerte", simbolizando el constante enfrentamiento con lo efímero y lo inevitable, mientras "desnudan ojos indivisos" y "colorean las sílabas", mostrando que su trabajo está destinado a revelar y transformar la realidad, a pesar de la penuria y el vacío que pueda haber en ella. La referencia a "beben ambrosia con veneno / y poemas silenciosos" expresa la contradicción inherente al arte y la vida misma: la creación de belleza y destrucción, el placer y el sufrimiento.




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