Arco de plomo

Y cómo te diría yo lo que hay tras el arco de plomo
de mi infundada cabeza malabarista de aros de plata.

Cómo te explicaría lo que no se nombra sin mentir,
sin equivocar el rastro que sigue la nariz húmeda
del sabueso, excitado por tantos aromas como
tonos hay en el cielo cuando muere el sol.

Quizá convendría ignorar las señales, razones
interesadas en pervertir los sutiles rastros
del naranjo en primavera y las fugaces líneas
en la orilla de la playa cuando el mar se rompe.

Cómo decir en un inexperto lenguaje, niño aún,
el misterioso mundo del almendro en flor.

 

Cuando el Sol se echa en el horizonte nos da la impresión de que ha muerto
sin embargo cuando llega la primavera sentimos de que el mundo ha recobrado vida

Encantada de leerte amiga

saludo cordial

 

Muchas culturas adoraban al sol, que moría y renacía, indiferente a los salmos ofrecidos para que nunca se le olvidara regresar.
Besos, encantadora Mariluz.

 

Bellos versos Susi. Las palabras forman las metáforas del mundo; es imposible decir lo que es; es imposible decir hasta lo que vemos o sentimos, porque: ¿Cómo se mide, como se mide una linea recta, los agujeros del corazón o la descomposición del cerebro? ¿Cómo se mide una aurora, o un aroma, o cualquier sentimiento inefable o conocido?.

Un saludo de Samuel.

 

Precioso poema. Precioso e inquietante. Parece todo demasiado sencillo como para ser fácil de explicar. Será la falta de costumbre a vivir las cosas sencillas. Prueba a pensar en voz alta, y quizá inconscientemente des más enfasis a las palabras importantes.
Nunca me gustaron los almendros en flor, son demasiado bonitos y no son sinceros. Mienten. Corres a verlos pues sabes que pronto te negarán su belleza y su alegría para tenerte jodido ocultándote su mentira hasta el próximo engaño.
Prefiero los almendros cuando están abrasados por un rayo. No pueden ocultar nada.
¿Como explicar la belleza de un almendro partido por un rayo?. Muy sencillo. Siempre es como es. Es sincero. No juega con tus deseos de disfrutarlo bello. O lo tomas o lo dejas. ¿ Que más se le puede pedir a un almendro ?.

¡ Besos, mi vida !

 

Es exactamente eso, Samuel, y a veces pienso que hay que hacer crecer al diccionario o espabilar nuestra capacidad de sintonía con el otr@ para hacerle sentir lo mismo que tu sientes, que sería mucho mejor. Así, las palabras no disfrazarían nada. Besos, Samuel (tengo pendiente la lectura de tus poemas, pero lo haré, amigo).

 

Un poco malditillo te presiento. Lo que dices es muy bello, tano. La belleza del almendro en su apogeo es efímera (depende de cómo midas tú la eternidad). Pero su flor también es ocultada por el rayo cuando la quema, quizá sea la decrepitud lo que mienta y disfrace la inalterable belleza de todo lo que existe. No son más que miradas aparentemente distintas de la realidad, ya sabes aquello del yin-yang. Por cierto, a un almendro todo lo que podemos pedirle son...almendras jajajjaja
Te quiero, espíritu de la contradicción, sin tus ideas todo sería muy aburrido.

 

Mi querida susi, me pongo de pie para aplaudir tus magistrales versos de exquisitas imágenes que me hablan de tu refinada sensibilidad. Hay cosas que no se pueden explicar. El almendro nos regala sus flores todos los inviernos para que disfrutemos de su colorido, eso sí, perecedero, pero bello al fin y al cabo. Gracias por ser como eres, amiga. Besos.

 

¿Y si no fuera perecedera le concederíamos tanta importancia a la belleza? Ahora estaba recordando los gusanos que gestó el cuerpo de tu amada. Y eso es lo que hay (que sepamos). Besos, dulce poeta.