ardieron hojas

ardieron hojas en los árboles antes de llegar al suelo, antes de que el sol cayera, antes que el tiempo se nos escapara, antes que la vida galopara hacía la inmensidad y el infinito.
ardieron hojas con un fuego extraño como el que corre por las venas de los que gritan y corren y vuelan y en sueños cruzan el muro último y vuelven felices y con lágrimas.
ardieron hojas invisibles desde árboles secretos cuando recorríamos campos abandonados y los ojos del pasado y la sangre que siempre corre por las venas de los dioses nos recorrían como los relámpagos de la santidad y el tiempo.
ardieron hojas desde árboles que jamás crecieron más allá de nuestros sueños invencibles y gritábamos contra un cielo que rujía en mitad de la tormenta mientras nos intentábamos resguardar inútilmente y acabábamos riendo como posesos en mitad de la fertilidad mojada y el polvo lo engullía la tierra temblorosa a cada esquirla de agua.
ardieron hojas que volaron de un lado a otro como danzando tras un pacto con el viento en el fondo oscuro y lejano de nuestros sueños. y nosotros no podíamos ni tan siquiera balancear una de las piedras del muro, y los otros nos miraban al otro lado, y llegaban las hojas quemadas, su ceniza, su estructura matemática y nebulosa surcando el vacío del aire, y rozaba la piedra y entonces, todo se desmoronaba como con una orden exacta, como un dios febril i omnipotente al mismo tiempo, todo se desmoronó a lo largo, oh, aquellas hojas en llamas volando desde aquel cerezo fantasmal que no veíamos, pero que conocíamos, cuyas raíces se arremolinaban en nuestro corazón y besaban hasta la última gota de sangre...
ardieron hojas que nos recorrieron la piel como un relámpago nos erizaba la piel con su grito eufórico.
ardieron hojas que traían la muerte y la vida, que levantaban laberintos de lágrimas por las mejillas.
ardieron hojas, de piel adentro; como una premonición. como la última semilla sagrada que hubiera de renacer.
ardieron hojas, y su ceniza nos llenaba las manos de fronteras.

 

Arde todo para purificarse y volver a la vida en otro sujeto. Así es la vida; pura regeneración. Gusto leerte. Te dejo mi link por si deseas comentarme: http://www.mundopoesia.com/foros/showthread.php?t=527972&highlight=

 

cierto, hector, más glorioso aún cuando el que arde es el corazón y su semilla brilla desde la nada