¿ Arrancar corazones, o sorber sangre del cuello ?

¡ Ya lo tengo ! Exclamo, sonriente.
¡ Es la fórmula secreta, para una larga vida !
Prosperidad del planeta Vulcano,
y del puente de San Francisco.


Vive, sueña, goza, sufre...


Mandamiento universal, que nos delata.
Poderoso, fuerte; inteligente, iluminado.
Cerbatana para soplar en ella, dardos
envenenados que se ensarten en luengos cuellos


de damas afrodisíacas.


¡ Es mi invento, una destreza que al indio
mexicano muestra la Cabeza de los Días !
La Revolución Francesa llega a Tenochtitlán.
Y así, el imperio del chocolate puro





enlaza con los vampiros.


¡ Oh, cortesanas nobles de colmillos bellos !
Castillos de naipes y castillos de arena.
Feudos para caballeros andantes, que acabarán
trabajando como acróbatas, en el circo.


¡ Sí ! Euforia, tras la furia desatada


en la tormenta. El encuentro con el enigma.
Una cabeza que nos empuja.
Una espalda que recibe una mano.
Un paso adelante, que darlo, mucha gente teme.


Méjico, lindo y querido...