Arrugas

Vivimos en un mundo completamente extraño y lleno de estereotipos para todas las cosas de todos los colores y de todos los tamaños, donde las personas te juzgan por tu apariencia, porque para ellos es lo que determina que tan bueno eres en lo que haces. Vivimos en un mundo donde la gente sufre de histeria por lograr lo que otros ya han logrado, ya nadie quiere ser original e inventar algo nuevo, como si el triunfo ya estuviera determinado, ponemos límites a la vida que ni siquiera existen, ¿quién dijo que la vida era solo nacer, crecer, reproducirse y morir? O que para ser exitoso debías tener un buen trabajo. Yo digo que todo eso es totalmente falso, independientemente de tus creencias o tu manera de vivir la vida, lo que realmente importa es si ello te hace feliz. Hay personas que trabajan toda su vida para conseguir lo que quieren, para alcanzar una meta. Una vez alcanzada dicha meta se preguntan ¿y ahora qué? No sé si la vida sea una sola o existan las segundas oportunidades, lo que si se, es que no quiero averiguarlo, quiero arriesgarme a hacer lo que los demás pudieron pero no se atrevieron a hacer, por miedo a fracasar, por miedo a caerse y sentir pereza de levantarse, el éxito no puede ser instruido, tu éxito te pertenece a ti mismo. Desde el día en que nacimos hemos tenido un gran sueño, uno que queremos forjar y hacerlo nuestro todo, un sueño que nos impulsa a caminar por la vida arriesgándonos a perder, lo demás son solo excusas, intentos de nuestro miedo para sacarnos de ese camino, para evitar que obtengamos lo que deseamos y deseemos otras cosas que podrían ser solo suficiente. La felicidad no está basada en un modelo como lo dictaban los hablantes de latín fortunatus, beatus y felix (suerte, riqueza y fertilidad) la felicidad es un poder más que cualquier cosa, el poder de hacer con tu vida lo que quieres, el poder de sentirte cómo quieres, el poder de disfrutar cada problema que enfrentas al igual que cada momento de alegría, de hacer lo que sabes con pasión, es el poder de hacer que lo difícil se vuelva fácil, de amar a las personas aunque ellas no te amen a ti y odiarlas de vez en cuando, por que la vida no es más que un juego, ya lo dice la biblia, que hay que vivir como un niño, pues la madurez no existe, es más bien confundida con la desilusión y la perdida de humanidad, la perdida de sueños, la madurez llega cuando crees que tu vida no necesita nada más y te estancas, cuando llegas a una meta y te sientes insatisfecho, cuando te das cuenta de que llevas toda tu vida perdiendo el tiempo pero aun así elijes pensar que has hecho lo correcto, que así es como debe ser y ya. Elige vivir en vez de madurar, crece como persona, por que crecer te llevara a nuevos caminos, pero jamás olvides de dónde has surgido, pues toda fruta que madura se pudre y todo árbol que crece y no fortalece sus raíces y su tronco pronto cae al suelo. La juventud estará contigo eternamente, solo si decides envejecer con ella y al envejecer recuerda siempre que solo existen dos tipos de persona, aquellos que tienen arrugas en la frente y aquellos con arrugas en la cara, y tu ¿qué clase de persona quieres ser?

 

Interesante yo escribí algo parecido pero con juicios a priori de mundos que no conozco, supongo que se me ocurrió luego de kant pero... Realmente ¿vivimos?, y me refiero a todo lo que acontece esa palabra y para ilustrar puntualmente lo que quiero dar a entender es que tal vez la palabra justa es "vivo" dado que una persona de Malasia tal vez no concuerde con lo antes escrito, dejando de lado los mundos pequeños creo que vivir en un mundo así es un reto, una maravilla y saborear los éxitos cuando los caminos son fangosos saben un poquito tal vez solo un poco más a gloria