Asado de la muerte

Ayer pase un día genial con mis amigos del trabajo y como algunos de ellos saben, este tipo de experiencias me generan materia abstracta, para mi mundo fantástico... y esto fue lo que limé en este viaje saludos

Al llegar al parque Sarmiento, nos encomendamos en la búsqueda del viejo lugar donde comimos un suculento asadito el año pasado.
Cuando lo encontramos reparamos en que no había ninguna de las oxidadas parrillas que allí asiduamente se encuentran.
Fue una odisea encontrar una, tras el hallazgo entre medio de corridas y risas confusas por las mismas peripecias del encuentro, nos dispusimos a volver a aquel oasis mágico que nos ofrecía el parque.
El sol se ponía picante, pero el servicio meteorológico anunciaba un temporal llegando la noche.
Lore preparaba el mate amargo y Ema parecía inspirado en el armado puntilloso de las parrillas.
Yo ayudaba en la colocación de las piedras gigantes y los primeros troncos para la fogata.
Todo transcurría con normalidad en un día de campo citadino.
Pero percibí algo extraño.
Tenía la sensación de sentirnos observados, en varias oportunidades tuve la impresión de ver pequeños cuerpos deslizarse velozmente, más precisamente, como pequeñas sombras amorfas.
Obviamente no dije nada, para no sembrar el pánico.
Cuando fuimos en grupo estos entes se escondían detrás de los árboles, y solo se dejaban ver por mí.
Pensé en silencio.
Será porque tengo la sensibilidad suficiente para percibirlos, o por que solo eran producto de mi imaginación.
Cuando llegaron todos los comensales.
Nos movilizamos en diversos grupos buscadores de leña, en diferentes oportunidades y en todos fui parte de las mini expediciones colectivas.
Hasta que en un momento en que todos se distrajeron me perdí en el boscaje, cargado de coraje e incertidumbre. En busca de respuestas.
El viento rugió y se levantó con fuerza arrolladora, levantó las hojas secas y ramas caídas diseminadas por el pastizal amarillento y acuoso. Colocándola en las copas de la arboleda
Me estremeció por completo tal beligerancia de la naturaleza.
Con intenciones de volver, tuvo mas fuerza la curiosidad y continué internándome en la floresta.
De pronto se nubló la imagen corrugando su transparencia frente a mí, el viento me pegó de frente casi un puñetazo. Arrojándome al pasto, que no dejó que me levantara, reprimiendo mi incorporación por unos minutos; los suficientes hasta que me rodearon unos 5 o 6 árboles, que se deslizaron sigilosos con gestos diabólicos y apunto de devorarme, en ese momento fui testigo de un ejército de duendes que se trabaron en sangrienta lucha, mientras mis ojos se iban cerrando evanescentemente.
Un grupo de mis amigos me halló tirado en el suelo, ya que de lejos habían visto mi caída desde un árbol.
Lo mas extraño fue que al girar mi cara hacia atrás, el árbol junto a mí, cambió de posición, en ese instante supe que no había sido una impronta fascinante de mis locuras… pero no dije nada y esperé a llegar a casa para relatar en un cuento fantástico lo vivido el día del asado.

 

¡¡¡¡Eran Ents!!!!, no sólo Tolkien los vio. Guauuu que suerte yo siempre miro pero nada, creo que he crecido demasiado pronto....

Me ha encantado Tyngui.

 

gracias palmira
abrazo gigante
tyngui sanchez

 

Palmira con asombrado entusiasmo he visto somos contemporáneos en cuanto a nuestro ingreso a esta hermosa casa, puesto que te incorporaste el 21/02/2013 y yo hice lo propio el 24/02/2013. No se porque pero me ha encantado esta coincidencia amiga.
Te mando un abrazo enorme.
Tyngui

 

Entre por el titulo llamativo y la verdad sorprendiste para bien .