Ascenso personal en la montaña

Choque de culturas, conversación universal.
Choque de culturas en las alturas, que con cada pisada
Aumentaba la sed de palabras.
Al levantar la mirada te perdía, la vegetación se camuflaba contigo,
Te abrazaba y saludaba, como si ya hubieses estado antes en este lugar.
Una motivación mental hacia mover a tu desmotivación corporal
Y la mimetización de lo verde y la piel, se hacía cada vez más personal.


Choque de culturas en la cima, hacían al agua copiar el paisaje,
Y muy de a poco, observando desde la orilla, se convertían en lo peor.
La luz del bien se ocultaba bajo su cama, cubierta por sus sábanas llenas de la más tibia nieve,
Dándole espacio por nuestras espaldas a su gemela sin alma, a esa sombra incalculable,
Asomándose tu propio odio hecho realidad, atacándote cobardemente.


Las montañas, que juntas en ese reflejo formaban a las brujas de la imaginación
Trataban de engañarnos, fingiendo ser quienes no son,
Para que nuestra mente inmovilice nuestro cuerpo,
Rindiéndonos a sus pies como sus más débiles discípulos.
La naturaleza nos quiere descifrar con la ayuda del viento
Que pasea por las alturas y acaricia hasta el agua más helada,
La brisa, que al pasar por nuestros sonrojados rostros
Y borrando a aquellas damas disfrazadas en ese gran espejo circular, nos decía:
¡No los cierren, vean que tan sencillas y maravillosas son!
¡Véanse que tan sencillos y maravillosos son!
¡No se maltraten!


Pero este viaje no fue en vano, has decidido venir a buscarte
Y, también, a tus respuestas en ese punto de fuga,
Donde se ve el fin del universo y lo más horroroso que hay dentro de ti.
Tus párpados no soportaban ni un segundo de esa desafiante mirada
Y necesitaban cerrarse para volver a mostrar inferioridad.
Lo que no pudiste observar es que, de ese punto infinito,
Deberás encontrar algo valioso: La experiencia.


El límite ya lo ascendiste, dejándolo enterrado bajo este gran relieve.
Ese miedo, ese que creas, ese que crees, ese que traes a tu realidad,
Síguelo, y veras que no era tan malo como creías,
Obsérvalo, y te darás cuenta de que él te estaba esperando,
Háblale, y veras que siempre responderá lo que quieres escuchar,
Enfréntalo, y ganaras la libertad.


¡Bienvenida al mundo donde siempre es temprano!
¡Bienvenida al mundo de la verdad!
¡Bienvenida al mundo de tu propio mundo!