Así me veo

Dedos, rotos por el frío.
Manos, aburridas por regalar caricias.
Brazos, cansados de levantar mi vida.
Tronco, viejo de contener mi corazón,
Corazón, exhausto de hacerme vivir,
agrietado de expresar sentir,
aburrido de mí.
Pies, acostumbrados a calzar diferencias.
Piernas, usadas sin objetivo.
Labios, malversados por otros labios.
Lengua, perdida para hablar mal,
tragar ¿el qué?
jugar ¿con quién?

 

Bienvenido okupadete. Este poema me ha encantado de principio a fin. Te seguiré leyendo, para saber hacia dónde caminan tus piernas.

Un saludo.

 

... pero te mando un espejito para que puedas ver la otra parte de tí. Luego no te quedes con ninguno, que mi deseo es que sigas creando espejos incesantes y que los digas y los sientas y de paso, que nos los muestres por aquí.

Mucho Gusto, Okupadete.

Ciela de Buenos Aires.