Así te quiero yo.

Si alguna vez en mi avatar te extraño
es náufrago en tu boca delincuente.
Mi mar es solo mar si es tu torrente
y mi aguacero, amor, su dulce caño.

Todo me acerca a ti, todo me ata
en este fuego lento que me arde
eres mi cruz, mi miedo más cobarde
la cegadora llama que me mata.

Una galerna fiera en tu sonrisa
alborota mi nave y mi cordura
y en su humedal caliente me aposenta.

Así te quiero yo, diosa indecisa
Electra hoy, mañana Vesta pura
ardiente brasa o tempestad violenta.

 

Renovarse o morir, querido amigo. Para mal o para bien todo se transforma en el tiempo, sobre todo las viejas estructuras.
No será este poeta de a pie quien se arrogue la originalidad del atropello a las rígidas formas del soneto fecho al itálico modo (ya conoces las variaciones que introdujeron el Modernismo, el 27, Borges, Neruda y tantos otros).
Lejos de suponer una agresión demoledora, a mí me parece una aportación renovada de una armadura clásica que tolera la mudanza sin perder su esencia.
Un soneto es poesía tan libre como cualquiera que rompa todos los esquemas de la norma. Es poesía tan libre, tanto, que consiente hasta la rima y la métrica. Solo se trata de liberarlo del ripio imperante y torpe.

Claro que es cuestión de gustos pero permíteme la transgresión.

Agradecido siempre por tus sabios comentarios recibe mi abrazo sincero.

 

Muchas gracias, Felipe, por tu favorable valoración. Por lo que se refiere a tu duda te responderé con una pregunta: ¿El soneto inglés no entra en la categoría de POESÍA CLÁSICA? (Así son sus cuartetos: ABAB, CDCD).

Otro para ti.

 

Muchas gracias, Antonio, por tu favorable acogida a estos versos y por tu aprobación.

Un abrazo.

 

Muchas gracias, Mamen, por tu grata felicitación y por otorgarme el reconocimiento.

Un abrazo.