Asopao de Camarones

Esta noche de lluvia,
los truenos murmuran como tus suspiros,
y en la cocina el asopao bulle,
como nuestro amor, lento y ardiente.

El aroma de los camarones sube al aire,
mezclado con el calor de tus manos,
que con delicadeza remueven la olla,
como quien toca un secreto profundo.

Tu risa, tan leve, como el viento entre los árboles,
resuena en la pequeña cocina,
y cada gota de lluvia
se convierte en un eco de tu presencia.

Te observo desde la esquina,
el vapor de la olla es el vapor de tu piel,
tu cabello enredado en el aire húmedo,
y la noche, oscura y generosa,
es testigo de nuestra intimidad,
del calor compartido,
del deseo que crece,
como el fuego que alimenta el asopao.

Cada camarón que tocas
lleva el tacto de tus dedos,
y cuando lo pruebas,
cierro los ojos y sé
que es tu amor lo que se disuelve en mi boca.

La lluvia afuera golpea fuerte,
pero aquí adentro,
el mundo es solo nuestro,
la cocina un santuario,
el asopao de camarones una ofrenda
a lo que somos,
a lo que seremos.

Y cuando me miras,
bajo la luz suave de la cocina,
sé que este plato, como nosotros,
es una mezcla perfecta:
fuego, mar y tierra,
deseo, amor,
y la promesa de una noche
que nunca acabará.