atrapados.

entierro mis huesos, dientes y anillos
tras las palabras que suelta mi boca,
por cementerios donde una voz loca
exprime y sumerge nudos en brillos.

guiada por cantos de miles de grillos,
la tierra flota, se rompe y convoca
a todo maldito, que son los que toca;
y se alzan en playas pequeños castillos.

¡santas semillas! ¿de dónde vinieron?
oh, extrañas manos que ponen la sal
en agua de mar, qué es lo que quisieron...

las sombras del alma son flores del mal
y en el espejo, el humo que vieron,
envuelve, mudo, las plumas del Quetzal.